Jerez

Marcos Carribero vuelve de Barcelona, donde se le han hecho varias pruebas

  • La familia, baja de moral tras conocer que el pequeño difícilmente podrá mejorar de sus problemas de rigidez en la pierna derecha · El próximo día 8 viajan a Boston

"Estamos un poco bajos de moral. Esto parece el cuento de nunca acabar". Con estas palabras expresaba ayer Juan Carribero el estado anímico de su familia tras regresar la noche del domingo de Barcelona, donde viajaron este fin de semana para llevar a Marcos a la clínica donde esperaban se le pudiera operar de sus problemas en su pierna derecha antes de volar a Boston el próximo 8 de julio.

Y es que las noticias que les han dado en la capital catalana no son muy alentadoras, más bien todo lo contrario. "Íbamos con la esperanza de que nos dijeran cuándo se le podría operar del problema de rigidez que tiene en la pierna derecha, pero nos han comentado que parece que no tiene solución y además también le han detectado problemas en la planta del pie derecho". Por si esto fuera poco, los problemas de espalda que está padeciendo Marcos -sus padres notaban que se estaba empezando a encorvar- se deben a una desviación de columna.

Juan además dice que en Barcelona "nos han dicho que Marcos tiene muchísima tensión acumulada y ahora le tienen que hacer 18 puntos de micro cirugía", una operación que cuesta cerca de 5.000 euros.

A pesar de estas malas noticias, todavía hay un hueco para la esperanza. "Nos han puesto en contacto con el doctor que ha operado al Rey de sus problemas de rodilla, que es el mejor en su especialidad. Ahora estamos esperando a que nos conteste para saber si tenemos que viajar a Madrid para verle, a ver si él nos puede dar una mejor noticia".

Todo esto, a escasas dos semanas para que la familia viaje de nuevo a Boston, al Children Hospital, donde a Marcos se le realizarán nuevas pruebas con la intención de conocer las posibilidades reales que hay de que se le retire la válvula que tiene en la cabeza y que le llega al estómago.

El problema es que en esta ocasión el hospital norteamericano no les ha presupuestado la operación, ya que los médicos prefieren esperar a hacerle las pruebas, por lo que la familia viaja con el miedo de tener que regresar a Jerez si es que no les da con el dinero que les sobró de su anterior operación. Y es que, nada más que la estancia del niño en el hospital y la realización de las pruebas cuesta unos 19.000 euros, pero es que tampoco les han dado la certeza de que finalmente sea posible operar a Marcos.

"Ahora estamos muy preocupados por eso. Le estamos dando vueltas continuamente a la cabeza, de hecho yo apenas pego ojo por las noches, porque además, si nos ocurre cualquier cosa allí estamos listos, porque en Estados Unidos todo se soluciona con dinero, por eso nos hemos tenido que hacer un seguro a todo riesgo", afirma Juan.

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