Hace ya más de dos años que les adjudicaron sus viviendas pero todavía, y para su desgracia, no pueden acceder a ellas. Se trata de la promoción Nazaret, sita en la calle Mandarina, 68 viviendas de VPO en régimen de alquiler con opción a compra levantadas por Emuvijesa, la empresa municipal de la vivienda. Las casas llevan dos años terminadas pero problemas con Endesa por la acometida de la luz impiden que puedan ser entregadas, ya que hasta que no se resuelva este tema Urbanismo no puede dar la pertinente licencia.

Manuel Romero es una de las personas a las que se le adjudicó una de estas viviendas. Señala que ya mantuvieron diversas reuniones tanto con responsables de Emuvijesa como de Urbanismo pero "unos y otros se iban pasando la pelota", afirma el afectado. Así, señala que en octubre de 2010 tuvieron una reunión con el anterior delegado de Vivienda, Antonio Fernández Ortega, que les comunicó que "para finales de 2010 o principios de 2011 ya nos las entregarían, pero la cosa sigue igual de parada", lamenta.

El problema, como ya se ha señalado, tiene que ver con la falta de acometida de luz por parte de Endesa. "En la reunión que tuvimos con Antonio Fernández nos dijo que el problema es que Endesa no tiene la suficiente potencia para darnos la luz, todo un disparate", declara molesto Manuel Romero, que está convencido de que el problema se debe "a la deuda que mantiene el Ayuntamiento con Endesa".

Los afectados consideran que el actual gobierno municipal "no es el responsable de esta situación", pero, después de que en los últimos días se hayan entregado las llaves de varias promociones, entre ellas dos que dieron tanto que hablar como las de Los Olivos y Martinete, "esperamos que con nosotros la cosa se acelere y se pueda solucionar nuestro problema", razona Manuel Romero.

De momento, desde el Ayuntamiento informan de que la Junta de Compensación informará de las cuestiones técnicas que quedan por resolver en esta promoción, con el objetivo de conocer cuándo se podrán subsanar las deficiencias que paralizan las entregas de llaves y así poder informar directamente a los adjudicatarios para poder darles un plazo real.

Y mientras esto sucede, los afectados deberán seguir aguardando, cada uno con sus problemas. Manuel, por ejemplo, por cosas de la vida no puede vivir actualmente con sus dos hijas, algo que, explica, ya se habría solucionado si vivieran en su casa de Nazaret.