Jerez

Puntales contra la burocracia

  • Urbanismo asegura una casa de vecinos de San Antón, catalogada como "interés genérico", por peligro de derrumbe, ante el retraso de años en ayudas a su rehabilitación

Once puntales sostienen un "exponente de la identidad cultural jerezana". Así califica el PGOU un precioso corral o casa de vecinos en la calle San Antón, 5, que hace seis años y medio fue adquirido por tres amigos: José Luis Fuentes, Miguel Ángel de la Torre y José María Carnero, con el objetivo de hacerse sus viviendas independientes allí, y cuya historia fue retratada en estas páginas en febrero pasado.

La ilusión del principio se alimentaba, sobre todo, de las diversas ayudas existentes para la rehabilitación y recuperación del patrimonio ofertadas por la Administración. Porque hay que destacar que esta casa está catalogada en el Plan como "interés genérico". Dicha clasificación obedece a la consideración del inmueble como un elemento de "claro interés etnográfico", ya que es muy representativo del modo de habitar tradicional del centro histórico de Jerez. La calificación ha sido recogida acertadamente por el planeamiento, incorporando el edificio al patrimonio arquitectónico protegido. El edificio se encuentra inventariado y con un "nivel de protección 2", es decir, "se hace necesaria la conservación de sus características arquitectónicas originales".

Sin embargo, desde la adquisición de la casa hasta la actualidad, ninguna de esas facilidades se han hecho palpables. Los dueños se han armado de paciencia para mantener en pie aquel sueño, una fortaleza que en ocasiones flaquea ante la desesperación por la lenta e incisiva burocracia. "Al principio fueron todo facilidades en EPSA (Empresa Pública del Suelo de Andalucía) ya que nos dijeron que cumplíamos todos los requisitos para tramitar las ayudas. Sin embargo, los plazos se fueron alargando porque esperamos a que San Miguel entrara en los planes de rehabilitación de la Empresa. Luego nos dijeron que pasáramos a los planes para infravivienda. Nos hacen un estudio y nos dicen que ellos ponen 200.000 y nosotros otros 200.000 euros para arreglarla. ¡Si los tuviéramos ya habríamos solucionado el problema!", comenta Miguel Ángel. Una nueva reunión con EPSA, tras una cita con la Delegación Municipal de Vivienda, y un nuevo estudio hacen que la inversión de los propietarios baje hasta los 70.000 euros. Se quejan de que si se hubiera hecho antes esta propuesta, ya habrían empezado ellos su parte, la mano de obra.

Una firma que no llega añade más retraso al asunto. "Nosotros -apunta- no pretendemos responsabilizar a nadie de que la casa se nos esté cayendo, sino de que las ayudas tardan en llegar y las llevamos pidiendo desde 2005 en diferentes administraciones. Nuestra casa, calle y barrio son un ejemplo de cómo funciona el Urbanismo en la ciudad".

Pues desde el pasado febrero, hasta hoy, estos propietarios no han tenido nuevas noticias de EPSA. "No hay ninguna novedad y la ansiedad por arreglar y vivir en la casa se hace ya patente en nosotros. Estamos pagando una hipoteca, un alquiler y un IBI de 1.000 euros sin vivir allí", se desespera Miguel Ángel.

Tras tres años viviendo allí, finalmente tuvieron que abandonar la vivienda por peligro de derrumbe. Y en la actualidad, Urbanismo ha apuntalado la casa, en la que ya es casi imposible entrar, "porque está bastante mal. Hace seis meses enviamos cartas a altas instancias de EPSA y ni siquiera nos han contestado. Y hace unos días hemos pedido una reunión con el Defensor del Pueblo para contarle nuestro caso", cuenta Miguel Ángel, que asegura que se les cae el mundo ante "tanta falta de comunicación. Lo único que queremos es empezar a hacer nuestra parte y ya está".

Desde EPSA aseguran que los jóvenes tienen concedida una ayuda de 200.000 euros y ellos pondrían 70.000 en mano de obra, "aunque se están priorizando asuntos más urgentes en tiempo y forma. La intervención se va a hacer pero no podemos decir cuándo. En septiembre quiero reunirme con la Coordinación Provincial para exponer este caso una vez más y acelerar la solución", subraya la directora de la oficina de EPSA en Jerez, Cristina Díaz-Pinés, que añade que ellos "tienen su resolución desde mayo de 2009, lo que ocurre es que son procesos largos".

Mientras, unos brazos de hierro sustentan paredes y esperanzas. La burocracia, como las termitas, están devorando el corral de San Antón, 5. Allí, donde antaño hubo tanta vida..., y en la que todavía quedan muchas ganas de vivir.

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