Siempre fue ‘Día internacional de la mujer trabajadora’, pero lo han extendido a todas las mujeres. Bueno sea, con tal de que no se intente ocultar ese aspecto originario de la rebeldía de la mujer contra la injusticia sufrida en el trabajo. Porque lo pueden transformar, como pasó con el 1º de Mayo al día de San José Obrero durante el régimen del dictador Franco.

Celebramos en unos días el bicentenario de la Constitución liberal de 1812. Con motivo del Día de la mujer he releído historias de mujeres de aquellos años en España y América. Mujeres que lucharon contra el absolutismo de Fernando VII, que abolió ‘La Pepa’. Nombre de mujer.

En Latinoamérica fueron muchas las mujeres que participaron activamente en la independencia de sus países. En España tenemos de aquella época a Agustina de Aragón, que pasó por Cádiz y por Jerez; tenemos igualmente a la mujer ideada por Pemán,  Lola ‘La Piconera’, ambas independentistas; o a la mujer liberal  ajusticiada por sus ideas en el caso de Mariana Pineda.

En Colombia, se desarrolló la vida de Policarpa Salavarrieta. Mujer que a los 21 años fue fusilada por el ejército español debido a su participación en la guerra de la independencia americana. ‘La Pola’ como la llaman en Colombia, se puso a trabajar en casa de señoras españolistas como costurera, y en ese trabajo se enteraba de los movimientos del ejército español y los comunicaba a los patriotas independentistas. Fue una auténtica espía. Ayudaba a los presos, facilitaba adhesiones a las tropas estacionadas en Los Llanos. La fusilaron, y en vez de atemorizar a la población, los españoles consiguieron que fuera motivo de propaganda y de colaboración de los bogotanos a la causa de la independencia.

Manuela Sáenz, aún despreciada por ciertos sectores de la alta sociedad, era mujer de una vida intensa y liberadora. Obligada a casarse con un médico inglés 27 años mayor que ella, conoció a Simón Bolívar, libertador de las Américas, a su paso por Quito. Manuela se unió a la vida de Bolívar y tomó parte muy activa en la guerra contra los españoles. Fue condecorada con la medalla y banda de  ‘La orden del Sol’, por el general José de San Martín, general español, y argentino, que combatió a los franceses en la Batalla de Bailén. Fue nombrada capitana de húsares por su lucha en el campo de batalla. Vistió traje de húsares. Salvó a Simón Bolívar de una probable muerte por una conspiración de sus muchos enemigos políticos. Fue llamada por Bolívar: libertadora del Libertador.

Murió pobre, abandonada, y quemados su numerosa documentación sobre ese periodo emancipador y enterrada en una fosa común. No era bien vista por la clase dominante bogotana y quiteña: abandonó a su marido y se unió sentimentalmente a Bolívar. Y eso a una mujer en aquella época, y en la de ahora, no se le perdona.