Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Jerez

Unas máquinas de despilfarrar

  • El PSOE gastó más de 600.000 euros en comprar dos impresoras, una de ellas pesa 19 toneladas y se halla en Japón al no haber sitio en el Ayuntamiento para ubicarla · Pelayo paga con los ICO la deuda y las subastará

El Ayuntamiento aprobó un plan de saneamiento en 2005 y renegoció entre esa fecha y 2007 dos veces con el Estado sus voluminosas deudas con la Seguridad Social y Hacienda. En ese instante la burbuja inmobiliaria no había estallado, los ingresos urbanísticos estaban disparados y el crédito bancario fluía sin control. Esto significa que hace siete años el Ayuntamiento ya estaba grave. O al menos por aquel entonces era un enfermo con muy mal pronóstico dentro de la orgía que vivió el país en la edad dorada del ladrillo. Se sabía que el status municipal se volvería más y más insostenible aun cuando poco o nada se intuía de la Gran Depresión actual. Pero ni por esas. En 2007, poco tiempo antes de ganar las municipales de ese año con mayoría absoluta y antes de romper el pacto con Pacheco, el equipo municipal del PSOE, según ha podido saber este medio tras tener acceso a un informe municipal que detalla el controvertido asunto, adjudicó la compra de dos imponentes máquinas de impresión, dos prodigios de tecnología punta, ultimísimos modelos, por importe de 619.265 euros. Estas cantidades bien podían haberse destinados a gastos más prioritarios y urgentes para Jerez, pero no estaba nada claro que eso fuese más producente. Ese dinero se pudo emplear en el medio millón que queda para rehabilitar definitivamente la Iglesia de Santiago o en tapar baches de la calzada o en las zonas verdes o en dos campos de césped artificial. Pero nada de eso, fue a parar a la adquisición de dos flamantes impresoras cuya utilidad real ni tan siquiera estaba claramente definida.

Por no estar, tampoco estaba claro qué dependencias municipales podía albergar a la faraónica Sakurai modelo Oliver 475SDW 4 colores, con un coste de 514.865 euros, y un peso de 19 toneladas, 8 metros de largo, 3 de ancho y 2 de alto. Pero poco importó. Eso sí, hasta julio de 2008 persistieron los problemas de ubicación. En otoño de ese año, se pensó que se podían rehabilitar las antiguas naves de Renfe junto a la estación (hoy, un chutadero), que se cedieron al Ayuntamiento en ruinas, para instalar allí la remozada imprenta municipal. Y se destinaron otros 300.000 euros más para ese proyecto. Ya se pagarían, se debió pensar entonces.

Entretanto, la suministradora de la maquinaria, que puso a disposición del Ayuntamiento las impresoras en febrero de 2007, no sólo había preguntando insistentemente por el destino de las máquinas, que reposaban en sus naves de Badalona, sino que empezaba a reclamar machaconamente el pago de las facturas de la compra. El plazo del depósito en la suministradora venció el 30 de junio de 2009, sin que hasta el mes de agosto de ese año comenzara la rehabilitación de la nave municipal que debía albergar a Sakurai y a Hamada, mucho más modesta y pequeña, y de impresión en 2 colores, adquirida en el mismo lote. Vencido el plazo, la Sakurai fue devuelta a su fabricante, en Japón. Y en el lejano Oriente sigue tres años después. Fuentes cercanas al gobierno socialista reconocen ahora que "no estaba nada claro qué quería hacerse con esas máquinas; se suponía que iban a renovar la obsoleta imprenta municipal; se pensó en hacerlas trabajar para el exterior e incluso se le dio vueltas, por medio de Casto Sánchez (entonces delegado de Presidencia) a la posibilidad de que, en lugar de pagar tantísimo dinero a los periódicos por meter tanta publicidad, hacer nuestro propio periódico municipal". "No sé decirte qué querían exactamente, nunca pusieron nada serio sobre la mesa, yo sé que al técnico municipal responsable no hacía más que llamarle la empresa para cobrar y enviarnos la máquina, pero desde luego es una burrada y una barbaridad despilfarrar más de medio millón de euros en una imprenta con tantísimas prioridades como tiene la ciudad", admiten fuentes socialistas de la ciudad que prefieren preservar su anonimato.

El despilfarro propagandístico parecía no tener límites, mientras el déficit del Consistorio había crecido casi un 60% entre 2005 y 2009. Por supuesto, seguían sin pagarse las facturas por las impresoras. Paralelamente, la actuación en la nave que debía albergar en Jerez las máquinas tuvo una duración prevista de cuatro meses y medio. El 14 de mayo de 2009 adjudica las obras la junta de gobierno local a Mairandu SL. La empresa, que no arrancó los trabajos, hasta agosto -cuando las impresoras ya llevaban dos meses descansando en el país del Sol Naciente-, certificó 51.353 euros de los 261.000 euros en los que finalmente se presupuestó la rehabilitación de la antigua nave de Renfe. Dice el informe municipal del dossier Sakurai que "la diferencia se anuló en contabilidad, por lo que cabe entender que se resolvió el contrato". En todo caso, no fue hasta el 30 de diciembre pasado cuando la empresa cobró lo que había certificado. Por cierto que de la maquinaria se abonó un pago de 35.000 euros en julio de 2009 y recientemente, gracias a la línea de créditos ICO para saldar deuda con proveedores, se ha abonado la totalidad de las facturas: 584.265 euros más.

Con la información de que se dispone en estos momentos, reza el documento técnico, "la principal conclusión que se extrae es el caos organizativo inmerso el Ayuntamiento en estos últimos años. El informe se podría extender en numerosos detalles pero sirva como ejemplo cómo despachó un delegado los problemas durante las obras de la nave: 'el asunto corresponde a la nueva delegación de Comunicación'. A partir de ese momento (septiembre de 2009) y tras la fugaz dirección del nuevo delegado (que presentó su dimisión), parece que los asuntos relacionados con Comunicación, Imprenta... quedaron huérfanos".

Ante este caótico embrollo, la alcaldesa, María José García-Pelayo, ha ordenado que se hagan las gestiones oportunas para que las impresoras lleguen al fin a Jerez y así lo reclamó en un burofax remitido el pasado 20 de junio a la suministradora, que confirmó que la ya famosa Sakurai descansa desde hace años en Japón y que habrá que traerla, a portes pagados eso sí, de vuelta a España próximamente. La decisión adoptada por el gobierno municipal es sacar a subasta pública ambas máquinas y reinvertir el dinero que se obtenga por ellas en actuaciones y proyectos que actualmente son prioritarios para la ciudad. Podría servir para Santiago, para asfaltar calles, para los centros cívicos...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios