Jerez

En el corazón del Tempul

Cuenta la historia que en el año 17 antes de Cristo el manantial del Tempul ya suministraba agua a la entonces ciudad de Gades, hoy conocida como Cádiz. Los romanos de aquella época construyeron un acueducto de 67 kilómetros para conectar el núcleo urbano con el depósito natural de agua, situado actualmente en el municipio de San José del Valle. Esta conexión fue realizada mediante piedras alargadas 'machiembradas' de cal y arena que conectadas formaban todo el tubo. No sería casualidad que casi dos milenios después, en 1.863, fuera esta misma formación natural la elegida para abastecer por primera vez a Jerez tras estudiar qué depósito natural tenía mejores recursos. El Gobernador Civil de la Provincia en 1.860, Ignacio Méndez Vigo, presentó en el Cabildo de Jerez un proyecto de reglamento orgánico para formar una sociedad con el objetivo de abastecer agua potable a la ciudad. No fue hasta tres años después cuando se obtuvo la concesión de las aguas públicas del manantial del Tempul, tras realizar los estudios convenientes en otros once puntos del municipio, como los manantiales de Mesa de Asta, de la Sierra de Gibalbín, de San Andrés o de Bornos.

Una vez elegida la fuente, había que escoger el sitio donde colocar el contenedor que suministraría el agua a Jerez. Así, en 1.866 se comenzó la construcción del Acueducto del Tempul que traería el agua hasta el Depósito del Tempul en el centro de un territorio ajardinado que años más tarde compondría el Zoobotánico de la ciudad. Con motivo de la crisis del metal acaecida en aquella época y de no poder pagar el agua, consecuentemente, el Ayuntamiento suspendió estas obras hasta dos años más tarde. El 16 de julio de 1.869 se inauguró el acueducto que supondría el primer abastecimiento de una ciudad que hasta entonces llegaba al pueblo a través de 8 fuentes situadas en la ciudad, solo dos de ellas con la calidad necesaria, en concreto las situadas en San Telmo y Alcubillas.

El edificio que contiene el agua procedente del manantial se sigue encontrando en pleno corazón del parque, razón por la cual los residentes en la ciudad desde hace más años sigue llamando al zoo 'El parque del Tempul'. Actualmente, el depósito tiene capacidad para albergar 20.000 metros cúbicos de agua divididos en dos almacenes dentro del edificio (de 10.000 metros cúbicos cada uno), separados por un largo pasillo. Este almacenamiento fue el que abasteció a la ciudad por completo durante muchos años, aunque poco a poco, este agua fue destinándose, en su camino hasta Jerez a otros doce núcleos próximos al acueducto (como La Barca, El Torno, La Ina, Lomopardo, Torrecera o Majarromaque), de tal forma que en la actualidad solo el 9% del agua que se almacena en el depósito del Tempul corresponde al manantial, lo que 'sobra' a dichos núcleos. Debido a esta insuficiencia, el 91% del líquido restante pertenece al sistema Zona Gaditana, que distribuye a toda la provincia.

Este sistema de Zona Gaditana se abastece a través del embalse de Hurones, con una capacidad aproximada de 135 hectómetros cúbicos de agua. El agua es transportada hasta el depósito de Cuartillos y en su paso hasta el abastecimiento de la provincia tiene una conexión, a la altura de La Canaleja, con la tubería que llega del manantial del Tempul, considerado un punto de apoyo.

El gran edificio donde se encuentra el depósito del Tempul esconde mucha historia detrás de la roja fachada que se erige entre las instalaciones de los animales del parque. Al entrar, en la antesala al inmenso almacén de agua, varias placas conmemorativas cuentan, a forma de homenaje, la historia de su construcción, como la fecha en que se comenzaron las obras, se consiguió la concesión del agua del manantial o la propia inauguración del depósito, que cumplió 143 años el pasado 16 de julio, como bien recuerdan las rejillas del suelo de la entrada, con la fecha de inauguración tallada en el centro. Casi un siglo y medio que rememoran el primer sistema de abastecimiento que tuvo la ciudad. Una placa homenajea a su constructor, el ingeniero Ángel Mayo y de la Fuente, como refleja otra de las losas de la habitación. Encima de la puerta que da paso al almacenaje del agua, otro distintivo recuerda la visita de Alfonso XII a las instalaciones en marzo de 1.877.

Bajo esta primera planta repleta de condecoraciones, se esconde la sala de llaves, desde donde se controla el llenado, vaciado, y conexión de los dos inmensos depósitos, así como la salida del agua para abastecer la ciudad. En esta habitación, además, se controla el nivel de cloro con que llega el agua al edificio para ver qué nivel de hipoclorito sódico hay que aplicar para garantizar la potabilidad del líquido. En este sentido, al depósito del Tempul llegan dos tipos de agua, por un lado la procedente de Cuartillos, que ya se encuentra depurada y potabilizada; y la procedente del manantial, que necesita la aplicación del hipoclorito sódico para poder ser ingerida.

En la primera planta, atravesando la entrada, la construcción de ladrillo deja paso un depósito dividido en dos por un largo pasillo que conecta las dos puertas del edificio. La imagen del tanque lleno completamente solo deja ver el final de sus columnas, que se conectan entre sí formando una estructura de arcos que bien pueden recordar a alguna mezquita mozárabe, como la de Córdoba. Lo que no se ve, la profundidad del recinto hacia abajo supera los cuatro metros y medio de profundidad. El agua llega directamente al depósito por las conducciones a través de cuatro 'llenadoras' -como las llaman sus técnicos-, creando unas pequeñas cascadas en su llegada al recinto. Tras medir el nivel de cloro, en esta sala se le aplicará la cantidad de hipoclorito sódico necesario. Una vez realizado el tratamiento, el líquido pasa por las inmensas tuberías de la sala de llaves para dirigirse a los domicilios de la zona centro de Jerez.

Cabe destacar que debido al crecimiento de la población desde la construcción del acueducto, el depósito del Tempul solo abastece actualmente a la zona del centro de la ciudad -Porvera y alrededores-. Con la explosión demográfica y el aumento de extensión de Jerez, se tuvo que colocar otros dos depósitos para abastecer a la ciudad por completo, primero el de Montealto y segundo el de Geraldino, a los que llegan agua procedente exclusivamente del sistema de Zona Gaditana, que lleva agua a toda la provincia procedente del depósito de Cuartillos. En total, la ciudad representa el 24% del agua destinada a la provincia desde el embalse de Hurones.

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