Nueve miembros de la ejecutiva local del PSOE, pertenecientes a la corriente liderada por la presidenta del partido en Jerez, Cristina Díaz-Pinés, dimitieron ayer por diferencias con la dirección, entre otras razones, a raíz de las renuncias a sus actas de concejal de Pilar Sánchez, Juan Pedro Crisol y Miriam Alconchel para acceder a distintos cargos en la Junta.

Junto a la presidenta de la ejecutiva local, también lo deja el secretario de administración, Manuel Romero, quien denunció hace un año que la ejecutiva anterior capitaneada por la exalcaldesa, Pilar Sánchez, no justificó el gasto de 600.000 euros. Los 9 miembros reprocharon a la organización, que ahora dirige en Miriam Alconchel en su calidad de secretaria local del partido, que el caso sigue abierto un año después sin explicaciones convincentes. También esgrimieron su solidaridad con Mercé Perelló, quien dimitió como secretaria de Comunicación de la ejecutiva provincial días atrás por "no poder desarrollar de forma libre las competencias que tenía asignadas". Pero por encima de todo lo que trascendió ayer por la tarde es su malestar con el 'premio' a los tres concejales socialistas, sobre todo a Crisol (jefe de gabinete de la Consejería de Presidencia) y Alconchel (nueva delegada territorial de Salud), habida cuenta, en paralelo, de que el partido se ha quedado en Jerez en el más absoluto caos sin quedar claro quién planta cara.