Programación Guía de la Feria de Jerez 2024

Jerez

"Si quieren incluir el flamenco en el aula con un libro no funcionará"

  • El guitarrista jerezano lleva más de cincuenta años de vivencias flamencas y de docencia

José Quintín Moreno Chacón 'Pepe Moreno' (1948) ha sido pionero en Jerez en llevar el flamenco al aula, una circunstancia que ahora recobra el protagonismo de actualidad. Con más de 50 años de dedicación a la sonanta y doce como profesor del Conservatorio y la Escuela Municipal de Música, el jerezano nos da las claves para esta asignatura al tiempo que repasa su ajetreada vida como tocaor.

-¿Qué le ha parecido la noticia y la intención de la Junta de introducir por fin el flamenco en las aulas de una manera reglada?

-Me parece perfecto, quizás hasta demasiado tarde, porque esto es algo nuestro y ya debería estar incluido desde hace años.

-¿Por qué cree que ha tardado tanto?

-No lo sé, lo único que sé es que he estado en Viena y Salzburgo y he comprobado cómo se vive la música allí, cómo está todo el mundo formado en ballet, conocen todas las músicas de los grandes compositores y nosotros aquí tenemos muchos monumentos pero poco más. Es una pena, pero bueno, nunca es tarde.

-Con tantos años de experiencia en esta materia, ¿cuál es la mejor opción para que los niños lo hagan suyo?

-La mejor manera es hacerlo con audiciones, y clases prácticas, igual que se estudia en el Conservatorio a Mozart o a Bach. El libro es el enemigo número uno del estudiante y como esto se lo planteen como un libro o una disciplina fría no funcionará. Yo llevo más de una década acercando el flamenco a los centros de Primaria y Secundaria e incluso en la Escuela de Bellas Artes y en la universidad, veo que lo disfrutan y lo viven cuando es en directo, es decir, cuando le dices 'ésta es nuestra tierra, nuestras costumbres, nuestra gastronomía, nuestros fenómenos sociales, culturales y artísticos'. Así, sí lo captan, porque además se completa explicándoles el compás, recitando las letras de los cantes, les explica el contenido de las letras por soleá...

-A mucha gente le resulta extraño que un guitarrista curtido en las ventas y en la calle como usted acabara haciendo solfeo...

-A mí siempre me ha interesado la música, y cuando viajaba con Fernando Belmonte en su compañía aprovechaba para preguntarle a la gente de las orquestas sobre solfeo. Date cuenta que empecé a aprender solfeo con 39 años, y lo hice porque sabía que el futuro de mi música estaba ahí, como así ha sido. Es más, cuando empecé en el Conservatorio en 1981 después de sacarme mi título, Joaquín Villatoro y Andrés Hernández, que era el secretario, me dijeron que no habían visto nunca a un gitano tan listo (risas).

-Su afición por la guitarra, ¿le viene de familia?

-Sí, mi tío abuelo, Luis Moreno, era guitarrista de la época de Ramón Montoya y le tocaba a Marchena, a Valderrama. Mi familia por parte de padre son de la familia de Jaén, de Linares, y mi padre fue quien me puso mis primeros acordes.

-Usted fue uno de los alumnos de Rafael del Águila, ¿qué recuerdo tiene de él?

-Rafael era un neurótico, sufrió una desilusión amorosa, se encerró en su cobacha y de allí no salía nunca. Era continuador de la escuela de Javier Molina, al que yo no conocí personalmente, aunque sí me iba a escucharlo a la calle Prieta. Me llevaba horas pegado a su ventana escuchando a Javier. Rafael sabía solfeo y cuando te había enseñado la soleá, la malagueña o la seguiriya te ponía partituras clásicas. Ponía un preludio de Chopin para guitarra, el Colibrí o el Romance Anónimo. Te metía en otro mundo donde aprovechabas todo ese conocimiento para después adaptarlo al flamenco. Con él estuvimos el difunto Moraíto, los Jero, José María Molero, Rafael Alarcón, Paco Cepero...A todos nos amplió el horizonte del diapasón. Por ejemplo, la 'Tocata y fuga en Re menor' de Juan Sebastián Bach suena a flamenco.

-(...)

-De todas formas, mi profesor de escena, como siempre he dicho, ha sido Manuel Morao. Montó un bar en la Plaza de la Yerba, Morao y oro, y yo me levantaba y me iba allí por las mañanas. Me enseñaba cositas y cuando vio que le podía servir para trabajar con él me dio la oportunidad en los Jueves Flamencos. Compartí con él momentos buenísimos. Tengo la gran suerte de que le he tocado a todos los grandes, he tenido una relación estrechísima con Terremoto padre, con Terremoto hijo, y he trabajado con Chocolate, tío Sordera, La Paquera, Curro Malena, que hacía 14 cantes en los recitales, una hora la primera parte, y una hora en la segunda, y luego acababa por tonás. Recuerdo que me daba yuyu porque no había un recital que no cantara por peteneras. Yo le tocaba por fandangos y me decía 'Pepe que eso no es' y le respondía, 'tú da la salida que yo te cojo' (risas).

-Usted mantiene a la hora de tocar la postura clásica...

-Siempre he tocado a la antigua usanza y explico por qué. Porque la guitarra tocándola así ayudaba al cantaor a escucharla mejor. Antiguamente no había micro y así se le acercaba el sonido. Siempre procurábamos coger una silla sevillana para apoyar el pie. Luego llegó Paco de Lucía, cruzó la pierna, y cambió todo.

-Tuvo su época en las ventas de Jerez, ¿cómo eran aquellos tiempos?

-Muy duros. Pasé mucho tiempo trabajando en Maribal, La Pañoleta, Benjamín...porque en mi casa hacía falta el dinero. Está claro que había de todo, el señorito que era un señor y el que te lo hacía pasar mal. Pero nunca olvidaré aquellos ratos con Terremoto, Tío Borrico, Luis el Elegante, Manuel Sánchez 'El Troncho', El Brenes, Paco Laberinto, el Batato, Manuel Jero, El Berza, Rafaelito Paulera...

-Antes ha mencionado a Fernando Belmonte, ¿qué aprendió de él?

-Aprendí mucho y en todos los sentidos. Llegué a su compañía a través de mi hermano Juan, que estaba con él, lo que pasa es que lo llamaron para hacer el servicio militar y él habló con Fernando para que fuese yo. Para mí el perfil de Fernando como persona no se puede mejorar, se puede igualar, pero mejorar no. Luego, como artista, era el primer bailarín de Antonio y de María Rosa. En Jerez, ha sido muy poco reconocido y eso pasa mucho aquí. Él ha dado la vuelta al mundo por dos veces, una con su ballet y después con el ballet Albarizuela, que hizo una promoción increíble del baile. El único reconocimiento es el cariño que aquí le profesamos todo el mundo, nosotros desde cultura le dedicamos hace unos años la Semana del Flamenco, pero poco más, y es una pena.

-Dice que suele ocurrir esto en Jerez, ¿hay mucha más gente?

-Por ejemplo Manuel Morao. Mira, te voy a decir una cosa. Hace unos días he presentado una solicitud en el Ayuntamiento para que se le nombre Hijo Predilecto de Jerez. Ese hombre ha intervenido en múltiples películas, ha grabado setenta discos, desde pizarra a cds, y creo que se lo merece. Ahora quiero intentar a hacer una recogida de firmas con las peñas para seguir adelante.

-Como docente, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención durante estos años?

-La evolución que ha tenido la guitarra. Cuando yo empecé en el Conservatorio había muchas tendencias, pero la guitarra estaba influenciada ya por Paco de Lucía y por Manolo Sanlúcar y bueno, ya no eran los tres acordes y las falsetas, había que ampliar el horizonte. Eso nos hizo evolucionar porque además la docencia requiere una formación permanente.

-¿Qué opina del toque de hoy?

-En mi opinión, las falsetas de hoy día son demasiado largas, parecen un solo de guitarra. Eso hace que el cantaor se apoye y descanse más, aunque yo prefiero la falsetita corta entre tercio y tercio. Debe ser un diálogo, pero a veces la guitarra se convierte en un monólogo. Yo estoy encantado en que se haya evolucionado y eso se ve muchas veces en el baile, pero a la hora de acompañar se ha perdido un poco la base. Pa acompañar yo me quedo con Moraíto, que lo hacía genial, Periquín y Antonio Jero, y este chiquillo que esta tocando muy bien ahora, Antonio Higuero.

-¿Y del flamenco en general?

-Mira, yo he visto una ópera de Verdi y con el tiempo ha ido evolucionando la escenografía pero el mensaje es Verdi, es Mozart o Beethoven, eso no puede cambiar, el espíritu debe ser el mismo. Hoy día en el flamenco a veces eso no se respeta.

-¿En su época había más oportunidades a los jóvenes que ahora?

-Puede ser, en mi opinión en Jerez se mira más todo últimamente como un negocio que como un espectáculo. Por ejemplo, soy de los que opino que los Viernes Flamencos, como en su día eran los Jueves que hizo Manuel Morao, deben ser para dar oportunidades a los jóvenes, es la única manera de que tengan salida y se puedan dar a conocer. De aquellos Jueves salieron Paca y Manuela, José Mercé, El Mono, y otros tantos artistas. Los Viernes deben ser promocionales y no como se han puesto ahora. Dicen que la tradición se pierde cuando no se cuida. Pasa igual que con las zambombas, que las están estropeando. Una zambomba no es cantar 'Los caminos se hicieron' y después rumbear.

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