El titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Cádiz, Manuel Ruiz de Lara, ha dictado auto a favor de la oferta de compra de bodegas Valdivia realizada por los bodegueros y toneleros onubenses José y Miguel Martín, S.L.. La firma afincada en Bollullos Par del Condado, con intereses en el negocio del envinado de botas para el envejecimiento de destilados como el whisky y el ron, parece haber entrado en razón tras fracasar su intento de 'apropiarse' a las bravas de la marca 'Sherry Cask' -y similares como 'Oloroso Cask', 'Manzanilla Cask'...-, para lo que presentó una solicitud de registro ante la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), frenada por el Consejo Regulador a través de un recurso.

La falta de amparo legal para seguir utilizando los términos protegidos por la Denominación de Origen del jerez en la comercialización de sus botas -actividad en pleno auge y que, según estimaciones del sector, mueve ya del orden de 60.000 botas- ha hecho recapacitar a los toneleros onubenses, que después de darse de alta en el registro del Consejo Regulador dan ahora un nuevo paso con la adquisición de las instalaciones bodegueras de la antigua Nueva Rumasa, que se traspasa como unidad productiva.

El auto judicial por el que se acepta la oferta de José y Miguel Martín fue emitido el pasado 25 de septiembre y notificado a las partes días después, abriéndose un plazo de cinco días para los recursos, sin que conste que se haya presentado ninguna alegación, informaron a este medio fuentes conocedoras del proceso, que esperan de un día para otro la resolución firme de la autoridad judicial.

La oferta de la firma onubense contempla la subrogación del único trabajador que sigue estando en nómina de Valdivia, una de las bodegas en el Marco -Garvey, Zoilo Ruiz-Mateos y Teresa Rivero eran las otras- de la división del ramo de Nueva Rumasa que entraron en concurso hace ya casi cinco años tras el estallido del presunto fraude de los pagarés del grupo de la familia Ruiz-Mateos. Cabe recordar que dentro el complejo de Valdivia comprende tres cascos bodegueros y la Villa del Duque, alojamiento turístico con diez habitaciones en el interior del recinto.

Desde José y Miguel Martín rehusan hacer declaraciones, pero según la información recaba por este medio, los bodegueros/toneleros de origen onubense están muy interesados en poder comenzar cuanto antes con la actividad, para lo que se entiende que contratarán a más personal, aunque no necesariamente el que estaba en plantilla de Valdivia antes del expediente de regulación de empleo (ERE) aprobado por el juez antes del inicio de la fase de liquidación de la bodega dentro del proceso concursal iniciado hace ya casi cinco años.

No ha trascendido el alcance económico de la oferta de compra por Valdivia, por la que hace ahora un año pujó por importe de 3,3 millones un grupo israelí, que no volvió a dar señales de vida. En cualquier caso, la venta se realiza a precio de saldo al haberse liquidado ya la práctica totalidad de los demás activos, principalmente existencias, maquinaria e inmuebles.

Valdivia tenía un gran valor sentimental para el ya fallecido José María Ruiz-Mateos, que ya fue propietario de Villa del Duque desde los años sesenta hasta la expropiación de Rumasa en 1983, pasando a manos de Williams & Humbert. Posteriormente, Ruiz-Mateos recuperó la bodega para Nueva Rumasa tras su compra al grupo Intermonte en 2008. Aunque el importe exacto de la operación tampoco trascendió, en el sector se habló entonces de su compra por importe de unos 20 millones de euros.