Jerez

Divorcio 'express' entre La Cueva Park y Torremelgarejo

  • La barriada y el hotel se enzarzan por una cocina tras décadas de buena convivencia Unos dicen que se prestó por las fiestas y otros que se regaló

A mediados de agosto, el verano que se acaba de despedir reinaba en todo su esplendor. La delegada de alcaldía en Torremelgarejo, Concepción Martínez, estaba preparando las fiestas de la barriada, que se celebrarían del 9 al 11 de septiembre, las primeras que le tocaba organizar como responsable pública. Las buenas relaciones entre el hotel restaurante 'La Cueva Park' han sido siempre inmejorables. Martínez subió a mediados del mes pasado la cuesta que separa el establecimiento de su barriada para concretar el homenaje que harían desde Torremelgarejo a Joaquín Marín, propietario histórico del hotel. "Le queríamos dar una placa y mandar luego la foto al periódico, porque desde siempre hemos estado muy agradecidos", señala Martínez. Esa historia de amor, que se remonta varias décadas atrás, parece haber concluido esta semana en un episodio como poco curioso, que ilustra cómo se vive la política a diario en la zona rural.

"Una vez que estábamos allí por el tema de la placa, ellos mismos nos preguntaron que si queríamos una cocina, porque acababan de poner una nueva y a esa no le estaban dando uso", asegura Martínez. "A nosotros falta no nos hacía porque en el local donde nos reunimos los vecinos para hacer celebraciones y cosillas así no la hemos necesitado en 30 años y no tenemos por qué necesitarla en otros 30, pero si nos la regalaban pues le encontraríamos el uso". Martínez subraya una y otra vez que fue un regalo. "Del uno de los hijos del dueño, que nos decía que no quería saber nada de ella y que nos la lleváramos. Pasando por allí vimos que tenían sillas de oficina también sin darles uso, se las pedimos y nos dijo que sí, que para nosotros", rememora más de un mes después Martínez.

En principio, esta cocina que ha estado años funcionando en La Cueva Park, se iba a usar para las fiestas, pero la persona que se llevó la concesión de la barra estuvo transportando la comida ya cocinada, por lo que no la necesitó, asegura la delegada. Martínez recibió una llamada durante el fin de semana de celebraciones. "El día 12 la tienes que devolver", asegura que le dijeron desde el hotel. "Han estado varios días tratando de dar conmigo, hasta que este miércoles por la noche se la acabamos devolviendo, pero fue un regalo que ahora nos quitan", señala.

Desde el hotel mantienen una versión absolutamente contraria. El gerente, Domingo del Castillo, dice no entender que se cree una polémica de la nada. "Se le dijo desde el primer momento que se la íbamos a prestar por las fiestas", explica. "Nos la han devuelto en buenas condiciones. Sucia, pero está bien". Una de las cuestiones clave en el asunto es que, según siempre la delegada rural, "la cocina se reparó. Gastamos como unos 200 euros en piezas, que antes de devolvérselas se las volvimos a quitar porque estaban nuevas. ¿Tú crees que vamos a aceptar un regalo para los días de las fiestas cuando le hacía falta ese arreglo?", dice Martínez. Desde el hotel, aseguran que "la cocina era completamente funcional porque es la que estuvimos usando hasta que hicimos la reforma. Y sí que la han utilizado. ¿Por qué la iban a reparar, como ellos dicen, si no es para utilizarla?", dice el gerente de La Cueva Park.

Sea como sea, finalmente este desacuerdo se ha resuelto con la devolución de la cocina, pero el incidente ha generado un malestar evidente en la delegada. "Por lo pronto, la cabalgata de Reyes del 6 de enero no va a subir hasta el hotel como lo ha hecho cerca de 30 años, porque allí nos sacaban unas tapas siempre y hacíamos una pequeña celebración, pero desde hace un tiempo parecía que era por cumplir y no vamos a volver mientras yo sea delegada", dice Martínez. Además, aunque la placa se entregó a Joaquín Marín, nunca se mandó la foto al periódico para hacer público en la ciudad este reconocimiento. "Que debemos decir que abonaron ellos, porque nosotros no tenemos dinero para placas para todo el que lo merece. Le quisimos dar un pergamino, pero al final ellos pagaron la placa y nosotros se la dimos simbólicamente en un acto", reconoce Martínez.

"No entendemos por qué se puede armar revuelo con esto, cuando nosotros lo único que hicimos fue prestarle una cocina, que se les dijo desde el primer momento que era prestada. Nos preocupa que digan cosas que nos puedan afectar, porque simplemente la hemos recuperado una vez que han pasado las fiestas", subraya Domingo del Castillo. Parece difícil que una u otra parte acaben demostrando si se dijo una cosa, la otra o si fue un puro malentendido. Pero está claro que, por lo pronto, esa relación excelente mantenida tantos años no vive su mejor momento.

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