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Entre copas (la página del vino)

A Pernod Ricard no le gusta Jerez

  • La operación del Gallo Azul cierra un año que se inició con la venta de catorce marcas del catálogo tradicional de Domecq a Osborne ·Sólo mantiene varias marcas bajo el nombre 'Domecq'

El año 2008 termina igual que comenzó: con Pernod Ricard vendiendo activos de Jerez de la parte de Allied Domecq que le correspondió. Sin en enero se deshizo de catorce marcas del catálogo tradicional de Domecq y Blázquez (con marcas como 'La Ina', 'Río Viejo', 'Carlos III', 'Carlos I', entre otras), ahora en diciembre se ha deshecho del principal inmueble que le correspondió en la compra, el Gallo Azul.

Fue en julio de 2005 cuando la multinacional francesa conseguía cerrar la operación de compra-venta de Allied Domecq. Después de cuatro meses de negociaciones, la multinacional francesa, con el apoyo de Fortune Brands -socio en su momento necesario tanto para hacer frente a una compra de esta envergadura, próxima a los 11.000 millones de euros como para evitar problemas con las autoridades de defensa de la competencia- conseguía cerrar la compra de la multinacional británica, propietaria desde 1994 de todos los activos de Domecq.

Desde el principio quedó claro el escaso interés de Pernod por Domecq, nada, desde luego al lado de primeras marcas internacionales como 'Ballantines', 'Beefeater' o 'Malibú'. De entrada se produjo una peculiar división de los activos de Jerez, ya que los mientras que la multinacional francesa se quedaba con la gran mayoría de las marcas, el conglomerado Fortune Brands (a través de Beam Global, nombre de su división de bebidas) se quedaba con algunos nombres (las marcas de los catálogos de Harvey, Terry y marcas sueltas como 'Fundador'), los centros de producción, el viñedo y casi todos los inmuebles, incluido el Palacio Domecq. A continuación, a finales de 2005, Pernod comenzó a denominar Domecq Bodegas a su división de vinos en España, con una salvedad: sus vinos de Jerez nunca formaron parte de dicha división. Es curioso, pero así fue. Domecq Bodegas está hoy formada por doce bodegas de nueve denominaciones de origen (Rioja, Navarra, Rueda, Rías Baixas, Ribeiro, etc), varias de ellas , como 'Marqués de Arienzo', el Rioja con el que Domecq comenzó su expansión, pero no los vinos procedentes de lo que en su día fue la 'matriz'.

Esa declaración de intenciones marcó su funcionamiento hasta el inicio de 2008. Pernod Ricard mantuvo durante dos años y medio sus marcas de Jerez solicitando a Beam Global, la empresa 'custodia', el suministro a la demanda, pero sin realizar apenas campañas de imagen o promoción. A finales de 2007 se supo que Pernod estaba negociando la venta de casi todas las marcas y fue a finales de enero de 2008 cuando se dio a conocer que Osborne había adquirido catorce marcas, aunque meses después se deshizo a su vez de cuatro esas marcas vendiéndoselas al Grupo Caballero (Emilio Lustau). Ahora, con la venta del Gallo Azul, la vinculación de Pernod Ricard con Domecq ha quedado reducida a la comercialización de vino de Jerez directamente bajo la marca 'Domecq' en algunos mercados europeos (por cierto, el pasado verano se habló de la posibilidad de que Pernod diese un paso adelante y comercializase esos vinos también en España, apoyado en toda la fuerza que conserva el nombre Domecq) y un brandy que sacó volcado en el mercado asiático, especialmente Filipinas, que se 'Domecq 1820' (otra vez el nombre, tal vez su principal activo), además de la distribución, por ahora y en determinados países, de las marcas que ha adquirido

Todas estas desinversiones en Jerez se han justificado por la búsqueda de liquidez para hacer frente a la compra del vodka 'Absolut'; lo cierto es que frente a los 5.600 millones que euros que ha desembolsado Pernod por el gigante sueco no son sino un grano de arena, uno de los que suelta a diario la fachada del Gallo Azul.

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