LA mítica serie televisiva Expediente X, que hablaba de las peripecias de dos investigadores relacionados con los más variopintos casos paranormales, regaló varios aforismos que calaron entre los telespectadores. Uno era ‘Créete las mentiras’; otro, ‘quiero creer’; y el más famoso de todos, ‘la verdad está ahí fuera’. Este último fue el que empleó ayer en el pleno municipal de marzo Joaquín del Valle a propósito del anuncio, un día más, de la alcaldesa de rebajar su nómina de asesores. Ahora el plazo es ‘tras Semana Santa’. La popular García-Pelayo rápidamente captó la broma y recordó aquella serie de los agentes Mulder y Scully. Se rió y se calló de inmediato porque la cosa no tiene ni mijita de gracia. Lo que está en juego es la viabilidad del Ayuntamiento y aunque no es la medida más importante para hallar la piedra filosofal del equilibrio económico-financiero, sí es un asunto exigible como actuación de ética y estética. Así lo entiende el propio gobierno municipal y en consecuencia actuará tras la llegada de la Resurrección. Qué simbólico. La peculiar estación de penitencia de la alcaldesa tendrá que concluir necesariamente con la aplicación de una controvertida eliminación de asesores que hoy mismo tiene previsto proponer y consensuar con el partido. Aprovechando la llegada a la provincia del mandamás Griñán y de su ‘dos’ Rafael Velasco, Sánchez quiere recibir aprobación ‘celestial’ para sacar la guadaña y cortar cabezas. El encuentro se producirá presumiblemente en Cádiz esta misma tarde. ¿El anuncio oficial? Todo indica que esta vez Sánchez sí cumplirá sus propios plazos —tan exigentes, a veces— y anunciará los cambios tras la semana de Pasión. Pasión por las calles de Jerez que permitirá a más de uno y una hacer acto de constricción y reflexionar sobre el peligro de ir al Infierno cuando bien podía estar en el Edén del poder. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa..., repetirán interiormente, como un mantra purificador, algunos y algunas. Y como sólo el penitente pasará, que diría Indiana Jones, la alcaldesa ayer saltó  en tirolina y miró hacia otro lado cuando el PSA volvió a proponer el recorte de asesores de veintitantos a seis. Miro a otro lado Sánchez a sabiendas de que su plan definitivo ya está en marcha y sólo ella lo conoce. La gente le pide sangre y sangre le va a dar. Otra cosa es que el amasado golpe de efecto, como recordó Pelayo, “llegue demasiado tarde”.  “Bajaremos sensiblemente el número de asesores, pero no es lo más importante”, insistió machacona la primera edil. Yremarcó:“La plantilla ha crecido mucho y nos hemos comprometido a mantenerla, y desde aquí les digo que superaremos, con el Plan de Viabilidad del Ayuntamiento, las dificultades; con el esfuerzo de todos y la seriedad y el rigor con el que estamos trabajando”. Bien, pues vale, pero a Pelayo no le pareció creíble y fue a más:“No queremos reducción, queremos eliminación del 100% de los asesores, una figura que ustedes han introducido por primera vez en la historia del Ayuntamiento”. “Ya ha demostrado cuáles son sus valores y prioridades al frente del gobierno municipal”, arremetió con violencia. Encendida, enojada, en una de las pocas veces en las que tomó la palabra —sigue sin entenderse a estas alturas como una alcaldesa no es capaz de lanzarse al ruedo y entrar en el debate puro y duro—, Sánchez echó mano de sus cuentas en materia de Recursos y rememoró los “307 que entraron durante el mandato del PP”. “No se llamaban asesores aunque entraron igualmente”, reprochó con firmeza. “Mentira, mentira, mentira, mentira...”, repetían de manera pueril, interrumpiéndola, Pelayo y Durá desde la bancada que ocupa el partido de la gaviota en el salón de la calle Consistorio. Y, “¿qué es la verdad?”, cuestionó en voz alta Del Valle. “La verdad —se respondió él mismo— está ahí fuera”. “Dejen de lanzarse reproches, ya estamos hartos. Colocar gente por la cara es un delito y si tienen algo, váyanse al juzgado, y si hay que inhabilitar a alguien, que se inhabilite”. Una pizca de cordura para una nueva sesión de pleno municipal digna de un ‘Expediente X’. Y ahora usted  créase lo que quiera...