La página ecuestre

Los rescates de caballos abandonados se han llegado a triplicar este verano

  • El refugio malagueño CYD Santa María pide colaboración ciudadana y pública para un problema creciente en Andalucía · Cádiz y Málaga están a la cabeza en maltrato equino

Las llamadas de socorro al centro de acogida de caballos CYD Santa María, ubicado en Coín, Málaga, se han triplicado en los últimos meses. Hace dos años el refugio equino recibía una media de dos llamadas de auxilio a la semana y, en la mayoría de los casos, se trataba de animales muy viejos a los que sus propietarios habían dejado de atender. El centro de acogida CYD tenía un protocolo muy claro de actuación. En primer lugar se localizaba geográficamente al equino para hacer un primer informe de manera conjunta con el Servicio de Conservación de la Naturaleza (Seprona). En segundo lugar se identificaba al animal y se comprobaban los datos de su propietario en caso de que fuera posible. Y, por último, el centro de acogida de las hermanas Concordia y Virginia Márquez recogía al caballo para desplazarlo hasta sus instalaciones, que llevan más de una década en la provincia de Málaga asistiendo a caballos necesitados. En CYD Santa María han acabado sus días muchos ejemplares en esta década y por cada uno que se va se planta un árbol en el refugio.

De este modo, cuando el refugio alcanzaba el cupo de treinta animales, las responsables de CYD Santa María recurrían de manera puntual a familias de acogida, que colaboran desinteresadamente con el centro y que se suman a paliar los efectos de un problema que no está haciendo otra cosa que crecer en la comunidad autónoma. "Por cuestiones económicas y logísticas, no podemos acoger a más de treinta caballos. En realidad podríamos tener hasta cien animales pero no tenemos dinero ni personal para mantenerlos. Los ingresos del refugio sólo vienen de nuestros ahorros y de la cuota de los socios, además de las aportaciones altruistas de material sanitario que hacen veterinarios y centros clínicos, que son muy importantes. Por lo tanto, cuando llegamos al número treinta lo único que podemos hacer es trasladar a los nuevos a familias de acogida", explicó ayer Virginia.

El caso es que la situación ha cambiado, y mucho. Las cifras del refugio ecuestre se han disparado. De dos llamadas recibidas a la semana a los teléfonos de urgencia del refugio hace dos años se están registrando hasta tres llamadas diarias desde el pasado mes de junio, procedentes de toda Andalucía pero sobre todo de la provincia de Málaga y Campo de Gibraltar. Justamente entre Tarifa y Algeciras se localizan los casos más crueles de maltrato equino, según cuentan desde el albergue el centro CYD Santa María, por lo que la provincia de Cádiz figura en los primeros puestos de la lista negra de CYD. Hace pocas semanas el centro equino tuvo que actuar de urgencia extrema en las inmediaciones de Tarifa. Habían localizado una yegua atada en un prado, aparentemente abandonada, con un saco atado a una de sus patas y con un potro de corta edad. El veterinario colaborador de CYD logró acceder al ejemplar para hacer una valoración y lo que encontró bajo el saco fue la pata de la yegua sin casco, en carne viva. El diagnóstico fue claro: "se procedió al sacrificio inmediato de la madre y a colocar al potro en una casa de acogida", concretó Virginia, del centro malagueño.

En estos momentos, el centro ecuestre cuenta con treinta caballos en recuperación, el aforo máximo que se pueden permitir mientras no reciban otro tipo de ayudas que la de los socios, y otros veinte ejemplares que están cuidados en familias de acogida. Pero esta solución es temporal. Virginia y Concordia Márquez se están encontrando con un problema añadido. Muchas de estas familias que colaboran con el centro se están viendo obligadas a devolver los caballos porque se han quedado sin trabajos y económicamente resulta inviable afrontar la manutención de un animal de semejante tamaño en casa. En otros casos, tal y como explicó ayer el centro, "las familias cambian de trabajo y de ciudad, así que se complica el cuidado del caballo acogido".

Hay que señalar que también ha cambiado en los últimos meses el perfil del caballo rescatado. En años anteriores se trataba de animales de avanzada edad que llegaban a CYD Santa María a terminar sus días porque ya no eran útiles para sus propietarios. Pero desde que se agudizó la crisis económica y, más concretamente desde este verano, los caballos que hay que rescatar son jóvenes, casi potros, que deambulan en grupo por caminos y carreteras en busca de agua y comida y que, en muchas ocasiones, provocan graves accidentes de tráfico, incluso mortales, en la red de carreteras de Andalucía. Un caso concreto ocurrió en Coín, paradójicamente cerca del refugio malagueño. Un padre y un hijo murieron al colisionar la moto en la que viajaban con un caballo que transitaba la vía pública en busca de alimento.

Ahora es el propio centro de acogida el que pide auxilio ante una situación que empieza a escaparse de las manos. Sus responsables creen que es momento de hacer algo desde la administración y pide a la familia ecuestre en general control sobre la cría equina. "No es momento de criar, por favor yo pido a los propietarios de caballos que no traigan caballos al mundo que no pueden mantener". A perro flaco todo son pulgas. Por si fuera poco, el número de socios de CYD Santa María está descendiendo en los últimos meses por la situación económica actual. Así que, en síntesis, la situación del refugio es la siguiente: más rescates y menos dinero.

Para colaborar con el centro CYD Santa María, que acaba de recibir un premio universitario por la labor social y animal que desarrolla, se puede contactar en la página web www.asociacioncydsantamaria.es o en el teléfono 658 900 600.

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