Reserva flamenca

"Las subvenciones han hecho mucho daño al flamenco y a las peñas"

  • Lorenzo Gálvez 'Ripoll' añora los tiempos pasados del cante en su barrio de Santiago y reivindica "un mayor respeto por los palos de Jerez, los jóvenes lo arreglan todo con dos letras de tangos extremeños y dos cuplés"

Sentado en una de las sillas de la peña Tío José de Paula encontramos a Lorenzo Gálvez Valencia, conocido como 'Ripoll', sin duda una de las pocas voces que aún laten en el barrio de Santiago. Allí debate sobre el estado actual del flamenco junto al Maleno, Diego de la Margara, su hijo Lorenzo y su yerno. Se irrita con algunas cosas y recurre con frecuencia al vocabulario taurino y futbolero para intentar reflexionar sobre un arte "que en Jerez está desprestigiado", dice. Desde que en la Fiesta de la Bulería de 1971 recibiese la Copa Jerez (entonces llamada Copa de la Bulería), "la primera vez que se dieron dos, una a mí y otra a Eduardo Méndez", su trayectoria artística ha sido amplia, aunque de un tiempo a esta parte sus apariciones han sido contadas.

-¿Qué es de su vida?

-Pues sí, es la realidad, hace tiempo que se olvidaron de mí e incluso mucha gente me ha dicho si me había retirado, y no es así. Precisamente, por ese motivo fui este año a la Fiesta de la Bulería, para que la gente supiese que Lorenzo Gálvez sigue ahí.

-¿Cuánto tiempo hacía que no cantaba en Jerez?

-Llevaba por lo menos cinco años, porque la última vez fue en la Peña Tío José de Paula, y la anterior en el Viernes Flamenco de 2002, fíjate si han pasado años y las pocas veces que me han llamado.

-¿Y encuentra explicación a eso?

-No, lo que sí está claro es que no se acuerdan de los que hemos llevado esto para adelante.

-Es complicado entonces estar sin cantar cuando uno lleva toda la vida haciéndolo...

-Se pasa mal. Te entra una pena muy grande y a veces se me han quitado incluso las ganas de cantar. Antes me tomaba dos copas y me ponía a cantar para manifestarme, pero ahora no. Uno pasa muchas fatigas cuando ves que presentan recitales en peñas y no se acuerdan de 'Ripoll'.

-¿Le duele todo esto?

-Hombre, claro. Antes para cantar sólo delante había que pasar muchas fatigas y tener una buena trayectoria. No es como ahora que la gente ha perdido la verguenza al cante, le da igual sentarse y hacer lo que sea. Lo arreglan todo con tanguitos de Extremadura y dos bulerías por cuplé. Antes había que estar preparado y hacer bien una serie de cantes mínimos, al menos conocer los cantes de Jerez de siempre. Eso se ha perdido, por eso creo que al cante de Jerez lo han hundido, lo están dejando por los suelos.

-¿Qué claro lo tiene, no?

-Es que no puedo con estas cosas. Está claro que todos los días no sale una figura y que para llegar a ser matador de toros tienes que pasar por becerrista, por novillero, aprender y luego, te dan la alternativa. Pues con los cantaores hay que hacer lo mismo, no lo que se está haciendo. En el fútbol hay once jugadores y unos son titulares y otros suplentes, pero todos forman el equipo. En el cante pasa igual, hay figuras y hay obreros pero los obreros también son importantes.

-Bueno, y durante este tiempo, ¿a qué se ha dedicado?

-Pues a dar cursos, algo que llevo bien y me gusta. Ahora precisamente iré unos días a Dinamarca para hacer uno. Cuando ves cómo lo vive y cómo lo siente una persona que no es ni de tu pueblo ni de tu gente te da mucha alegría, pero a la vez pena porque ves el interés que le ponen los de fuera y la dejadez que hay en mi barrio. Yo tengo una alumna de Dinamarca que se llama Pepita y yo quisiera que la escucharas cantando el Reniego de Tomás, pregúntale al Maleno (que observa con detenimiento y participa en la conversación).

-Antes me llamado la atención la frase: 'El cante de Jerez está desprestigiado'. ¿Por qué piensa eso?

-Porque lo han echado a perder durante los últimos años, y la culpa es de los mismos dirigentes, que no han sabido conservar esto. Creo que lo que más daño ha hecho al flamenco han sido las subvenciones porque las peñas se han acostumbrado a eso y ya no es como antes. Yo fui uno de los fundadores de la Peña Tío José de Paula y nosotros, para contratar a un cantaor, vendíamos papeletas durante la semana. Desde que se dieron las subvenciones todo cambió y ahora que se ha cerrado el grifo mira cómo está la cosa, es una pena. Ya no hay ni los buenos aficionados que había antes, ahora hay muchos domingueros, porque sólo van a figurar, no van a escuchar cante.

-Es fuerte lo que dice...

-Sí, igual que pienso que en Jerez hay demasiadas peñas y al final eso pasa factura. Hay tantas peñas que algunas ya no organizan nada, y otras, que se construyeron como si fueran grandes iglesias, están cerradas. Son monumentos que están ahí sin cumplir con la labor que deberían cumplir, porque las peñas han sido siempre del pueblo y han estado abiertas. Yo me acuerdo cuando Los Cernícalos, la Peña El Mono o la de Tío José de Paula organizaban convivencias, ya eso pasó.

-Dice usted que en su barrio hay dejadez, ¿qué opina de eso?

-Que es una lástima porque Santiago y Jerez ha sido siempre un manantial de cantaores. Aquí en el barrio el problema que ha habido es que la gente no se preocupó de nada, y desde que se fueron Curro de la Morena, El Mono o Luis de la Pica aquí quedan muy pocos. Sólo está Fernando de la Morena, mi cuñao Luis 'El Zambo', Mateo Soleá, Enrique Sordera, Vicente Soto, José Mercé, aunque estos últimos nos han estado mucho en Jerez. Es una pena, porque los jóvenes no quieren saber nada, no se preocupan ni de querer escuchar el cante. Ocurre lo contrario que hace años, porque antes salían muchos artistas en Santiago y ahora salen más en la Plazuela. En Santiago se ha perdido la gitanería de los cantes.

-Pasa como con la bulería...

-La bulería corta de Santiago y los cantes de Jerez, la seguiriya, la soleá o la bulería por soleá. Tú llegas a Cádiz y todo el mundo sabe lo que son los tanguillos, las alegrías, la soleá de Cádiz y el mirabrás. Y si es la chirigota, fíjate, se va a perder antié. Pero aquí no. Que presumamos todavía de que esto es la Cuna del cante...

-Antes decían que los cantaores de Jerez eran de 'sota, caballo y rey' ¿y ahora?

-Es cierto que teníamos ese sambenito, aunque no todos, pero por lo menos los conocían al dedillo. Ahora ya ni eso. Es como cuando vas a la escuela y te enseñan las cuatro reglas, sumar, restar, multiplicar y dividir. En el cante pasa igual, no que vas a un recital y te hacen dos letras de soleá, dos fandangos y muchos tanguitos de Extremadura, que han llegado a ser más importantes que la seguiriya. Hay que escuchar cantar por soleá, por bulería por soleá, por martinetes, por malagueñas, por tarantos...Eso es lo que hay que escuchar, porque históricamente los cantaores de Jerez tienen un sello y una personalidad en el rimo. Afortunadamente, todavía se conserva personalidad en muchos cantaores de esta ciudad y aunque se haga la soleá de Frijones o de Cádiz, si lo canta uno de Jerez siempre tiene su forma.

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