El arquitecto jerezano Rafael Iniesta Nowell (Jerez, 1983) se ha alzado con el tercer premio del concurso 'LIVE-MAKE Industrial Arts Centre Cincinnati' con un proyecto de un Centro de Artes Industrial en Cincinnati. El trabajo se ubica en el Over the Rhine de Cincinnati (OTR), en el estado americano de Ohio. Es una zona histórica de la ciudad, o uno de los pocos barrios históricos que quedan en Estados Unidos, ya que muchas de sus edificaciones permanecen intactas desde su fundación. "Está comparado con el French Quartier de Nueva Orleans o con el Greenwich Village de Nueva York, solo que éste no ha corrido la misma suerte y se ha encontrado un estado de semiabandono durante muchos años del cual actualmente se está recuperando", apunta Iniesta.

Esta área de la ciudad ha tenido históricamente un carácter productivo pero fue progresivamente abandonada por la población que migraba a otras zonas. En la última década se han recuperado muchas de las edificaciones del OTR, que vuelve a ser atractivo para los inversores debido al bajo valor de estos inmuebles. La zona del concurso se sitúa en el Brewery district, uno de los distritos del OTR dedicado a la fabricación de cerveza, y que actualmente esta siendo colonizado por una pujante comunidad creativa de la ciudad.

"El objetivo del concurso -explica el autor- se basa en reactivar el barrio haciendo que esa comunidad creativa tenga un lugar donde poder producir objetos que puedan ser vendidos o exportados. Se basa en esa idea reciente de la nueva revolución industrial por la cual la población debe volver a ser capaz de fabricarse sus propios utensilios u objetos del hogar, en lugar de comprarlos ya fabricados". Para ello se crea este centro de artes industrial (IACC), para dar soporte a la población con talleres multidisciplinares, talleres de fabricación digital, de costura, madera, manipulación de metal, etc. Las premisas iniciales del concurso instan a recuperar un antiguo almacén y añadir nuevas edificaciones en un área de unos 8.700m2. "Mi propuesta trata de aportar nuevos espacios urbanos, crea plazas, un parque y un mirador utilizando el edificio del almacén y una nueva construcción como soporte", añade.

"Para mí, como arquitecto, -apunta- ha sido toda una sorpresa. Al no haber encargos aquí es la única forma que tengo de seguir desarrollando mi profesión, que actualmente se mueve entre lo más pequeño a escala local, reformas en viviendas o locales comerciales e intervenciones de este tipo a nivel internacional. Realmente no difieren mucho de lo que hago en mi estudio en Jerez pero a diferente escala. Los problemas son los mismos en Jerez y en Cincinnati, existen zonas históricas abandonadas que deben evolucionar o morir, y seguramente esa evolución se consigue mediante la implantación de nuevas actividades productivas, ya sean como las del concurso u otras. Todo parte de que haya una voluntad por parte de las administraciones para propiciarlas y empeño por parte de los ciudadanos para resurgir y con ellos sus ciudades históricas".

Iniesta considera que en cierto modo Jerez "es una ciudad un tanto americana, ha sufrido fenómenos urbanísticos más relacionados con Dallas o Houston que con una ciudad europea donde el centro es un lugar sagrado, muy deseado y por lo tanto más caro. Jerez es un poco 'ciudad Donut', la gente se mueve en la periferia porque el centro no ha podido evolucionar y ya no funciona (como las leyes de Darwin, o te adaptas o te mueres)".

Este joven arquitecto estudió la carrera en Sevilla y ha trabajado en Málaga en el estudio de arquitectura OAM que ha realizado gran parte de los proyectos de remodelación del centro histórico de la ciudad (calle Larios, plaza de la Constitución, calle Granada....). Hace un año regresó a Jerez y trabaja en una oficina que comparte con su padre, un delineante y otro arquitecto. Está en el programa de Rehabilitación Autonómica de la Junta de Andalucía haciendo pequeñas reformas en casas populares de la Sierra. Ahora está desarrollando un nuevo concurso en Sofia (Bulgaria).