La Sala Compañía acogerá hoy, y el día 30, a las 20 horas, el estreno en Jerez del documental de creación 'Jerez y el misterio del palo cortado', dirigido por José Luis López Linares y producido por Antonio Saura. Chefs como Paco Pérez, David Muñoz, Andoni Luis Aduriz o Ricardo Sanz, sumilleres como Josep Roca o María José Huertas, expertos gastronómicos, así como un gran número de bodegas de Jerez y las gentes que trabajan desde la viña, intervienen en este documental, que viene de triunfar en los Festivales de Cine de Berlín, Sofia, Bafici de Buenos Aires y en su estreno español en el Festival de Málaga, Barcelona y Madrid. Aquí, una charla con su director sobre este thriller enológico cuyo final es todo un misterio.

-¿Qué le inspiró el vino de Jerez para hacer este documental?

-Cuando llegué a Jerez pues prácticamente no sabía lo que era un palo cortado, y como vi que nadie se ponía de acuerdo en cómo se hace, pero sí estaba clara su definición, pues pensé que era el vino genial para hablar de él ya que tiene muchas posibilidades, su historia, el nombre... Teníamos muchos motivos para que fuera protagonista.

-Una vez concluido el documental, ¿ha dejado de ser el palo cortado un misterio para usted?

-No, no, no. Al revés (ríe). A mí me gustan los misterios y me gusta hablar sobre el misterio y desarrollarlo, pero no hay por qué desvelarlo. He querido que después de la película siga siendo un misterio. Creo que es uno de sus grandes valores, es un vino misterioso y si le quitamos el misterio, pues lo convertimos en un vino normal. El vino debe ser misterioso de por sí, pero este más. La idea era potenciar más el misterio si cabe.

-¿El resto de los vinos de la tierra eran más familiares para usted?

-Sí, y aunque soy aficionado al vino, del jerez no tenia ni idea. Un fino de vez en cuando, una manzanilla, un amontillado..., pero en ningún caso se me había ocurrido comer con vinos de Jerez, ni sabía que había esos grandísimos vinos. Creo que el jerez está fuera incluso del círculo de los aficionados al vino, de sus intereses y conocimientos. Y esto es una lástima, y es lo que hemos pretendido con la película, enriquecer a los aficionados al vino y decirles que hay otro vino muy cerca que no lo conocemos.

-¿Cree que se hace poca difusión del jerez?

-Se están haciendo muchas cosas y el vino, a través de la gastronomía, pues ahora de repente todos los sumillers de los grandes restaurantes de España y del mundo casi que lo han descubierto. E irá calando. La película es parte de esa forma nueva de acercar el jerez.

-¿Qué cuenta exactamente este documental?

-Fundamentalmente cuenta mi experiencia en Jerez. Es muy personal. Sé que no están todas las bodegas que deberían estar, pero entonces sería todo muy largo. La obra habla de un visitante que ha llegado a Jerez y se ha encontrado con una gente estupenda, unos grandísimos vinos. Hay muchas cosas que faltan, pero ha sido un momento y un tiempo precisos. Creo que lo que sí hemos conseguido es transmitir la fascinación por el jerez.

-El rodaje habrá sido todo un placer...

-Un placer muy duro (ríe), porque rodamos muchas horas y cada rodaje nos llevaba a descubrir una cosa nueva y no había tiempo. Ha sido muy agradable porque en esas bodegas, la gente..., pero ha sido de los más duros en cuanto a horas, la vendimia. Se desarrolló desde mayo del pasado año y se prolongó hasta diciembre.

-Una obra que tiene además colaboraciones de lujo como la participación de algunos distinguidos cocineros y sumilleres, amantes del jerez, de prestigiosos y renombrados restaurantes como 'El Celler de Can Roca', 'Miramar', 'Mugaritz'...

-Sí, sí, desde luego, con gente que nos ha apoyado mucho y que sabía mucho del jerez y nos hemos aprovechado de ello. No hubiera sido posible sin la colaboración de las Bodegas de Jerez Tradición, González Byass, Rey Fernando de Castilla, Maestro Sierra, Osborne, Barbadillo, Equipo Navazos, Harvey's, Williams & Humbert, etcétera, y la fundamental colaboración del Consejo Regulador. Y con toda la gente del jerez, enólogos, bodegueros, toneleros, la gente de las bodegas y los del campo, recolectores, capataces, expertos todos en lo suyo.

-¿Cree usted que habrá segundas partes? Le habrán surgido ideas nuevas a raíz de este trabajo.

-No lo sé (ríe), posiblemente. Desde luego, tema hay para seguir. Sí, claro, hay cosas que no han podido entrar en el documental y me gustaría hacer más y temas del jerez hay muchos.

-¿Cómo ha sido la alianza con Antonio Saura? Ya habían trabajado antes juntos.

-Con Antonio, somos amigos desde hace muchos años y ya hicimos 'El pollo, el pez y el cangrejo real' sobre gastronomía y también hemos realizado proyectos para televisión. Siempre estamos colaborando.

-¿Visitará ahora la ciudad más a menudo después de este documental?

-Bueno, más a menudo que el año pasado no sé (ríe), haré lo que pueda. Ya me gustaría sí.

-¿Qué supone el documental en general para el cine?

-Hay colegas que quieren cambiar el mundo, pero yo soy menos ambicioso. Lo que quiero es encontrar un tema que me guste y que merezca la pena darse a conocer, y el vino de Jerez fue para mí un descubrimiento y quería compartirlo con la mayor gente posible.

-Decía Alceo que "en el vino está la verdad", ¿es así?

-Pues sí, en el vino, entre otras muchas cosas, está la verdad. Lo que pasa es que la verdad es algo complicado. La mentira es mucho más sencilla. La verdad tiene matices, formas, se escapa, hay que perseguirla. Y el vino ayuda a encontrar la verdad.