El Museo de la Ciudad de Madrid expone desde hoy y hasta el 30 de mayo algunos de los fondos inéditos del archivo personal del fotoperiodista jerezano Diego González Ragel (Jerez 1893-Madrid 1951), dentro de la muestra 'Ragel Reporter Fotógrafo'. Y es que, pese a la profusión y a la calidad de sus trabajos, la mayor parte de sus instantáneas son aún desconocidas, ya que ésta será la primera exposición con los fondos de su archivo. Así, se presentará una selección de fotografías obtenidas de los negativos conservados en su archivo, además de objetos, publicaciones, documentos y fotos originales, con la intención de dar a conocer su obra y conceder cierto protagonismo a quien un amigo definió como "fotógrafo notario de todo, protagonista de nada". La directora general de Archivos Museos y Bibliotecas del Ayuntamiento de Madrid, Belén Martínez, presentará este mediodía la exposición acompañada por la comisaria de la muestra, María Santoyo.

Una de las joyas de la exposición es una foto del pintor Joaquín Sorolla, de gran formato, que es la primera vez que se expone. Se da la circunstancia de que el fotógrafo fue gran amigo de la familia Sorolla, realizó algunos trabajos fotográficos para el pintor en la Casa-Museo, y sus fotografías fueron de gran utilidad. Durante la guerra civil los cuadros y demás enseres de la Casa-Museo fueron cuidadosamente guardados en los sótanos. Después de la contienda, Joaquín (hijo), llamó a Ragel para que le ayudara a organizar el traslado de los enseres y cuadros a la Casa-Museo para volver a la actividad expositiva. Para ello se echó mano de las fotografías que Ragel había realizado en los años 20, cuando el pintor todavía vivía, y se colocaron los objetos con mucha meticulosidad. Finalizada la tarea sólo se hecho en falta una figurita de bronce.

Las noventa imágenes que pueden verse en el Museo de la Ciudad han sido positivadas en el laboratorio del fotógrafo Juan Manuel Castro Prieto y la mayor parte de ellas es inédita, con un gran valor documental y artístico. Ragel vivió lo mejor y lo peor de su época y dejó plasmada la huella histórica en sus placas. Además, fue el responsable de un encargo muy delicado: fotografiar los documentos de las transferencias del oro y la plata que se envió desde el banco de España a Moscú durante la guerra civil.