CATAVINO DE PAPEL

Manuel Ríos Ruiz

El circo vuelve por sus fueros

ENTRE las artes escénicas, el circo tiene un lugar destacado desde la antigüedad. Sí, los inicios del circo se relacionan históricamente con las civilizaciones romanas y griegas. Y fueron los griegos, precisamente, los que le pusieron nombre, denominando así a toda clase de representaciones de habilidad, desde el equilibrio a los saltos mortales y los malabarismos, considerando sus estudiosos que los acróbatas que primero se hicieron famosos surgieron en China, más de mil antes de la era cristiana. Desde entonces el circo ha evolucionado como es lógico, añadiendo la presencia de animales domados y los grupos de payasos, extendiéndose por todos los hemisferios, porque la mayoría de sus elencos han estado desde entonces recorriendo el mundo entero en caravana.

Y hoy reseñamos los principios del circo, porque cuando nos parecía que en su trayectoria atravesaba un momento de crisis, nos encontramos que no es así, sino todo lo contrario. Estos días en Madrid podemos disfrutar de varios circos. Enumerémoslos: en el Circo Price, nos encontramos con la siguiente oferta: desde principios de mes y hasta el quince de enero, el Price recupera su espíritu circense con un espectáculo dirigido por Leandre Ribera, que incluye distintos grupos internacionales, con el acompañamiento de la Orquesta del Price Barra rusa, trapecio volante, cama elástica, payasos, diávolo, equilibrismo…, formando un atractivo programa. En cuanto al llamado Gran Circo Mundial, instalado en La Vaguada, se anuncia para permanecer abierto todas la navidades. Y no podía faltar, junto a la Glorieta de Cuatro Caminos, el Nuevo Circo de Teresa Rabal, que mantendrá su programación hasta finales del próximo enero.

Y como un espectáculo sumamente especial, en el Madrid Arena y hasta el treinta y uno del presente, puede presenciar quien guste de acontecimientos teatrales, el Karkana Cirque du Soleil, una ópera rock acrobática que mezcla las artes circense con el surrealismo, para crear un ámbito en el que la vistosidad física se codea con lo extraño, según nos indica su publicidad.

Indiscutiblemente, el circo ha vuelto por sus fueros en Madrid, por lo que suponemos que se trata de un resurgir que seguramente también tendrá su repercusión a lo largo y ancho de la geografía española. Hay que reconocer que el circo constituye uno de los espectáculos que más sacrificios requieren de sus intérpretes, así como la valentía y la serenidad de espíritu más afianzada, para poder realizar sus ejercicios. Y especialmente la acrobacia, una dedicación total para destacar en el género. Nos congratula comprobar como en Madrid se mantiene una afición tan importante a las artes circenses, a la vista de cuantos circos lucen ahora mismo en la cartelera.

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