DESENGÁÑENSE. Un político, sea del signo que sea, no cuenta números, cuenta votos. Y sus decisiones siempre estarán basadas en el rédito político que pueda obtener de aquellas. El último y clarísimo ejemplo ha sido la retirada del anteproyecto de la Ley del aborto que se ha llevado por delante al ministro de (in)Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Ha bastado un par de encuestas negativas, de esas que manejan los excelentemente remunerados asesores, para que el presidente haya dejado caer al exalcalde de Madrid, aunque no ha tardado ni 24 horas en encontrar acomodo en uno de esos puestos vacíos de contenido que se inventan muchas veces los partidos políticos para colocar a los compañeros (y compañeras) que ya no sirven para la causa pero que han servido fielmente a ella. Para que luego digan que no hay trabajo. ¿Y a santo de qué -dirán ustedes- me están soltando esta chapa en un espacio de deportes? Al lío. La decisión se conocerá en pocos días pero si impera el sentido común (que muchas veces es el menos común de los sentidos), al Xerez CD le deberían asignar el campo de La Juventud. En sus dos partidos como local, los azulinos han estado arropados por mil personas en la grada de Guadalcacín. Y en Jerez sólo hay dos campos que puedan acoger ese volumen de aficionados. Uno es Chapín, prohibitivo para la entidad y prohibido por Deportes. El otro es La Juventud. No hay más. Y a Deportes no le queda otra. Lo contrario tendría difícil explicación y peor justificación. El marrón lo tiene Deportes, claro. Porque lleva gestionando muy mal todo este asunto al no haber sabido separar lo deportivo de lo institucional. Siendo accionista de la sociedad anónima, tenía otros caminos pero tomó el más fácil. Le quitó Chapín al equipo el último día y lo mandó a La Granja. Pero lo que servía el año pasado ya no vale éste. Es una instalación que por mucho que se empeñe la delegada no reúne las condiciones por la sencilla razón de que su aforo es inferior al número de aficionados que está acudiendo a los partidos. Sus palabras del pasado lunes no hay por dónde cogerlas. Decir que aunque tenga 1.000 socios, en La Granja sólo pueden entrar 600 es una metedura de pata. Porque si al Xerez le diera por seguirle el juego y aceptara jugar allí, ¿qué hace con los 400 socios sobrantes? ¿Un sorteo para ver quiénes son los afortunados que pueden entrar? Un poquito de seriedad, por favor.

Como dije al principio, esto es cuestión de votos y no le arriendo las ganancias a Deportes. Lo más sencillo sería no complicarse la vida y asignar el campo de El Chicle para que los de Mendoza puedan jugar allí. Aunque me malicio que también podrían darle el o.k. a La Juventud siempre y cuando el club pague las liquidaciones pendientes de la temporada pasada. Supongo que estarán calibrando hasta qué punto una decisión impopular podría tener consecuencias no deseadas. Y es que, ya saben, las elecciones están a la vuelta de la esquina y toca acordarse del votante. Como cada cuatro años.