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Crónica Personal

Pilar / cernuda

La cena

RAJOY ha dicho en la copa navideña que va a hacer más declaraciones políticas y que los nombramientos los decide él y en el último minuto. Aviso a navegantes.

Fue en el polideportivo de Alcobendas, al lado de Madrid. Ochocientos militantes del PP compartieron cena madrileña con Rajoy y con dirigentes regionales del partido, pero lo de menos era hacer patente el espíritu navideño: lo que querían los asistentes era analizar detenidamente los gestos y palabras del presidente del Gobierno para ver si daba alguna pista sobre sus intenciones electorales. Si Esperanza o Soraya, si Cristina o Lucía. Ningún hombre en las quinielas, excepto Ignacio González, sobre el que hay seguridad de que será candidato a la Presidencia del Gobierno madrileño, aunque hasta ahora ni Rajoy ni Cospedal le han confirmado nada, ni en un sentido ni en otro.

Rajoy, como suponían los que le conocen bien, no dijo una palabra sobre candidatos, aunque los esperancistas se hicieron la ilusión de que los elogios a Esperanza Aguirre significaban que el presidente la tiene en sus pensamientos. Es no conocer a Rajoy. La tiene en su cabeza desde hace tiempo, y a otras, pero si ha decidido ya quién va a ser candidato a la Alcaldía no lo va a decir porque se celebre una cena navideña. Y si no lo ha decidido, pues aún menos.

Se equivoca Rajoy con esta espera que desazona a tantos militantes. Y a tantos dirigentes. Su argumento es que hay tiempo suficiente para hacer campaña, lo que podría interpretarse como que piensa en candidatos conocidos. Y dice también, y lo repiten sus colaboradores más cercanos, que cuanto más se tarde en designar candidatos menos tiempo tienen los adversarios para darles hasta en el carnet de identidad. Funcionó en las europeas cuando Elena Valenciano estuvo semanas dando palos de ciego porque no sabía si finalmente su contrincante iba a ser, o no, Arias Cañete. Pero que funcionara entonces no quiere decir que funciones siempre.

Sin embargo, cuando están ahí mismo unas elecciones tan importantes como las municipales y autonómicas -de las que depende en buena parte que Rajoy siga en Moncloa- cuanto antes se inicie la movilización que provoca una campaña electoral, mejor. Sobre todo cuando hay tanto votante desencantado que recuperar, y tanto mensaje radical de partidos en alza que neutralizar.

Además, Madrid, no es la única plaza sin candidato. Hay dirigentes a los que no llega la camisa al cuerpo en Valencia, en Murcia, Asturias o una decena de ciudades.

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