La Coronación

Arte por la Albarizuela

  • La primera levantá del misterio estuvo dedicada a dos hermanos costaleros fallecidos recientemente

Un Domingo de Ramos ante la coqueta capilla de los Desamparados se resume en sol, bullicio, naranjos y azahares perfumando la calle Arcos. Qué mejor manera de comenzar una semana que para muchos se les hará muy larga y para otros tantos demasiado corta.

Faltaban quince minutos para que dieran las seis cuando entre el gentío se empezaba a abrir paso la plateada cruz de guía de la hermandad de la Coronación. Atrás quedaba un año de esperas y unas últimas semanas salpicadas de polémica que ahora no vienen a cuento recordar aquí. Lo más importante es que desde la Albarizuela se dio de nuevo una lección de buen estar en la calle, dejando su impronta de cofradía grande.

Cuando Tomás Sampalo llamaba a sus hombres, hacía ya un rato que desfilaban blanquinegros nazarenos buscando las estrecheces del cercano barrio de San Pedro. El capataz, con la voz rota, recordaba en la primera levantá a los costaleros Luis Agabo y Miguel Otero, fallecidos recientemente. “A la gloria Dios ‘coronao’ de espinas. Hombres de honor y de Ley”, les dice a los suyos justo cuando la Banda de la Caridad interpretaba el toque de oración en honor de estos recordados costaleros. La banda, por cierto, tenía una reválida este año después de las críticas recibidas en 2010 desde algunos sectores cofrades en lo relativo a su pérdida de calidad musical. Pues bien, se ha notado el trabajo realizado a lo largo del año y el cambio ha ido a mejor, mucho mejor. Sonó muy bien la banda, demostrando que tienen cuerda para rato, toda la que ellos quieran si siguen trabajando con denuedo.

La salida del paso, una gran obra, de las muchas que afortunadamente dejó para Jerez el insigne Manuel Guzmán Bejarano, fue de nuevo complicada, teniendo que dar todo de sí sus 45 costaleros. A destacar como estreno la nueva vestimenta que lucieron los soldados romanos

En cuanto a la Paz en su Mayor Aflicción, ¿qué decir de ese palio que no se haya dicho ya? ¿Y de su trasera?

Aún dentro de la capilla, la municipal de Villalba del Alcor, que repetía tras dejar buen sabor de boca el pasado Domingo de Ramos, interpretaba Coronación de Espinas. Ya en la calle, y tras la interpretación del himno, se estrenaba Paz en la Albarizuela, una marcha dedicada a esta dolorosa con motivo del 60 aniversario de su llegada a Jerez en 2010, una obra de Fernando Jesús Rodríguez Triguero.

 Con un exorno floral a base de claveles blancos, el palio volvió a lucir espectacular sobre todo por las estrecheces de Gaspar Fernández y Bizcocheros de camino a la Carrera Oficial.

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