Cuando el crítico taurino Manuel Liaño llamaba a Juan Antonio Romero ‘El Ciclón de Jerez’ en el diario ‘Ayer’, acertó de pleno: el diestro de El Gastor llegó a lidiar con tres novilladas la misma jornada, toreando a mediodía en San Fernando, por la tarde en Jerez y por la noche en Cádiz. Nos contaba Juan de La Plata en su ‘Historia del Toreo en Jerez’ (2004), que la presencia del diestro de la Sierra en nuestra ciudad se debía al traslado aquí de sus progenitores, maestros nacionales. A finales de la década de los cincuenta del pasado siglo, Juan Antonio ya era muy popular, considerándose una de las máximas figuras del toreo de la época, “intrépido, espectacular y valiente” para Liaño, a la altura de Joselito Huerta o de Antonio Ordóñez para Franco Martínez. Por eso, su aparición por la peña de su nombre en la calle Bizcocheros número 45 era todo un acontecimiento: los vecinos se arremolinaban junto a él para que el fotógrafo de turno inmortalizara el momento.

También se movía con soltura entre los ambientes más selectos de la sociedad jerezana de los cincuenta. Frecuentaba los lugares de reunión donde labradores, políticos y banqueros compartían el aperitivo que ahora nos ha dado por llamar ‘la cervecita’. El director del Banco de Bilbao, en la misma Rotonda de los Casinos donde hoy se ubica el BBVA, había habilitado una salita anexa a su despacho para aquellos menesteres: ahí está tomada la fotografía donde el concejal de Montes, Díaz Cabeza, saluda al torero, y que su viuda nos ha cedido dentro de esta Campaña (imagen). Debe ser entre 1952 y 1957, fechas en las que el edil ejerció sus labores públicas. La casa del diestro, en el número 14 de la calle Palomar, muy cerquita de su peña, fue muchas veces testigo de la llegada en volandas de un Juan Antonio Romero que acababa de triunfar en el cercano ruedo de la calle Circo. Aún está en pie esa casa, ya muy deteriorada, guardando celosamente los secretos de uno de los toreros más taquilleros de la segunda mitad del siglo XX, el auténtico ‘Ciclón de Jerez’.

Hay que recordar que esta sección semanal, que se prolongará hasta finales de septiembre, tiene como objetivo la difusión de algunas de las fotos más curiosas, singulares o relevantes que van llegando a la Biblioteca Municipal gracias a la cesión o donación de particulares dentro de la ‘I Campaña para la recuperación del patrimonio fotográfico’. Los materiales deben ser fotografías originales y el marco temporal estaría entre los años 1839 (aparición de los primeros daguerrotipos) y 1980 (cuando las nuevas corporaciones democráticas comienzan la transformación de los cascos urbanos de las ciudades). (Consultar bases de la Campaña: http://www.jerez.es/biblioteca).