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Con todo en contra... (1-2)

  • El Deportivo sigue en caída libre y vuelve a perder en Chapín con dos errores imperdonables en dos acciones a balón parado. Los azulinos, con nueve por las expulsiones de Rey y Mendoza

El Xerez es el colista de Segunda División por méritos propios pero no es menos cierto que también es el pupas de la categoría. Hay partidos que los ha perdido de forma merecida pero otros, como el de ayer, lo perdió por eso.... porque quiere pintar un círculo y le sale cuadro.

A lo mejor el tercer milagro es posible cuando muchos ya dan el cadáver azulino por enterrado pero mucho tendrán que cambiar las cosas para que este equipo sea capaz de ganar primero un partido y luego los muchísimos más que necesita para no jugar la próxima temporada en Segunda B.

Anoche volvieron todos los fantasmas del pasado al estadio y hubo muchos encuentros en uno solo. Por momentos, el Deportivo pareció tener arrestos suficientes como para superar a un rival sólido y poco más, pero que supo sacar petróleo de las cuatro oportunidades que tuvo y por momentos pareció un alma en pena deambulando por un campo que lo mismo gritó que 'juegue el Xerez B', que se entregó animando hasta el último suspiro con el arreón final del equipo.

De todos modos, lo único cierto es que el Xerez acumula ya 19 jornadas sin ganar, es más colista todavía y lleva camino de batir todos los récords negativos habidos y por haber.

Que los pupilos de Carlos Ríos no tuvieron fortuna es cierto y que se vieron perjudicados por el colegiado -acabaron con nueve y le anularon un gol que en circunstancias normales no se anula- no lo es menos, pero lo que no pueden pretender los azulinos es ganar un partido cometiendo los errores infantiles que cometieron en defensa en los dos goles encajados y fallando arriba las oportunidades que o salvó un inspirado Santamaría o mandaron al limbo ellos mismos.

La historia una jornada más se repitió en Chapín, aunque en esta oportunidad el Xerez se puso por detrás en el marcador mucho antes que en anteriores compromisos. A los cuatro minutos Chema salvó los muebles en un mano a mano con Yuri porque fue egoísta y no pasó el balón pero superado el cuarto de hora, Acorán no perdonó. Remató de cabeza una falta lateral... Regalito.

Los azulinos recibieron el castigo merecido a la poca intensidad con la que entraron al encuentro. De hecho, no reaccionaron hasta verse por detrás en el marcador. Rueda pudo poner las tablas pero su tiro envenenado se marchó fuera. Luego Mendoza mandó alta una jugada ensayada tras una falta, lo mismo que Barber envió fuera un cabezazo tras un centro de Marcos.

La primera mitad llegó a su fin con una nueva oportunidad para los de Claudio Barragán con Yuri de protagonista. El meta azulino despejó como pudo el remate del ariete del cuadro leonés.

Y si la primera parte terminó con un susto, la segunda arrancó con el segundo tanto de la 'Ponfe' a los siete minutos. Yuri aprovechó otro fallo clamoroso de la defensa -Rafa García estuvo blando- tras otra falta esta vez más lejana y centrada.

El Xerez acortó distancias en el minuto 68 y el tanto dio alas al equipo y a la grada, que comenzó a animar después de haber cantado que jugase el filial. David Prieto metió en el partido a un conjunto jerezano que al menos le puso una velocidad más al juego, aunque tampoco tenía demasiados recursos ofensivos como para darle la vuelta al marcador.

Antes del 1-2, Ríos movió banquillo y dio entrada a Álvaro Rey en lugar de un Ogbeche que no dio una a derechas. El sevillano regresó con ganas pero Medié se las cortó porque le expulsó con roja directa de forma injusta porque prácticamente ni toca al contrario aunque le entra por detrás.

A los 76 minutos, el árbitro anuló un gol a José Vega que pudo ser el 2-2 por fuera de juego de Maldonado, poco después de que Porcar fallase lo infallable (75').

Y a partir del minuto 80, caos y desconcierto. La Ponferradina renunció a jugar, quería aguantar el balón y sólo conseguía que los azulinos atacasen más, aunque sin acierto. El colegiado se contagió del ambiente, se puso nervioso y comenzó a sacar a tarjetas a cualquier xerecista que se moviese. Y en esa rapidez de movimientos, Mendoza se tuvo que marchar también a los vestuarios antes de tiempo y ya no pudo ver como su equipo casi marca primero con un centro de Maldonado y luego con otro de Marcos.

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