Capítulo II: Energía

Ruedas de molino

  • El potencial del sector energético, líder en producción eólica, vive pendiente de la definición de la normativa y de los rastreos de gas

El Plan de Economía Sostenible del Gobierno Zapatero creó en su primera legislatura la gran burbuja de la energía renovable. Consistía en levantar un sector económico fuertemente subvencionado con la creación de energía limpia que compensara la tradicional dependencia de nuestro país de la importación de energías fósiles. Centenares de empresas se lanzaron a coger el bocado de dinero público y en la provincia, con ambiciosos planes de la Junta, se disparó la producción de energía eólica y fotovoltaica solar. Aunque el viento era el de aquí, en muchos casos la riqueza no soplaba para la provincia. Ni los molinos, siendo pioneros, se fabricaban aquí, ni las empresas tenían aquí su domicilio social. Pero esas expectativas se desvanecieron en cuanto el propio gobierno de Zapatero, con la llegada de la crisis, se dio cuenta de que ese globo inflado 'sostenible' era insostenible y dio pasos atrás que, a su vez, cogieron al emergente sector, poblado de intrusos, con el pie cambiado.

En la provincia hubo víctimas. Gadir Solar, con una inversión prevista de 80 millones, fue la esperanza de muchos ex trabajadores de Delphi. El crac de la compañía les hizo perder el tren de sus compañeros y se vieron con una carta de despido en la mano.

Al final, resultó que buena parte de la subvención a las energías limpias recayó en los ciudadanos a través de sus recibos de la luz, sin que, aún así, se pudiera enjugar el déficit tarifario y muchos demonizaron las energías limpias en una 'batalla' mediática que generó debates interesados.

El profesor de la UCA Rafael Jiménez Castañeda, coordinador del laboratorio de energía solar, profundiza en un artículo que se publicará dentro de este capítulo de Cádiz Creer y Crear sobre esta imagen distorsionada: "¿No será más bien la ambición especulativa con estas energías las que han provocado problemas, más que las propias energías renovables en sí? Parece que nadie quiere analizar el verdadero fondo de la cuestión de los altos costes energéticos,  subvenciones a fuentes energéticas no renovables, el oligopolio de las grandes eléctricas en un teórico mercado liberalizado, subastas de la energía eléctrica con mecanismos y procedimientos poco claros, y el tristemente famoso déficit de tarifa que no debe ser atribuido, incluso casi exclusivamente, a las energías renovables, como algunos pretenden".

  En líneas generales, ese es el escenario nacional del mercado energético, pero, al tiempo, nadie duda de que el nicho de empleo y el potencial de las energías limpias está ahí.  Según el Instituto IDAE, sólo la solar fotovoltaica, contabilizando ya el parón de dinero público, podría pasar en una década de emplear los 19.552 trabajadores que tenía en 2010 a llegar a 47.527 en 2020.

En la eólica, la provincia de Cádiz, con 64 instalaciones y generando el 40% de la energía que se produce en Andalucía por el viento, ya está cerca de los 1.300 megavatios y tira de una energía que ya es la primera de producción propia de España.

La Asociación de Productores de Energías Alternativas de Andalucía, Aprean, en cuya filosofía se encuentra la posibilidad de que la región llegue al autoabastecimiento eléctrico, esgrime estos datos para pedir al Gobierno "señales de futuro". El principal problema con el que se encuentra el sector energético, de este modo, está en la indefinición política sobre el camino a seguir y, tras el recorte de las primas, la inseguridad jurídica. Casos como el de un importante inversor que tenía la previsión de instalar una planta de biogas en Jerez, pero que tiene que esperar a que el Gobierno se pronuncie sobre las primas para conocer la viabilidad del proyecto, ponen de manifiesto las dificultades del sector para crecer.

El Real Decreto-Ley 1/2012, de 27 de enero, por el que se procede "a la suspensión de los procedimientos de preasignación de retribución y a la supresión de los incentivos económicos para nuevas instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de cogeneración, fuentes de energía renovables y residuos", ha supuesto un freno en seco en la instalación de futuras plantas de energías renovables.

La falta de regulación nos lleva a la paradójica situación de que, al contrario que en otros países con menos sol y menos viento, no esté fuertemente implantado el autoconsumo eléctrico entre particulares y empresas, lo que supondría un considerable ahorro en la factura energética de nuestro país. Y esto sucede pese a ser punteros en esta tecnología.

El gaditano Ignacio Grimaldi, director regional de Torresol Energy, que cuenta con dos plantas solares en San José del Valle, opina que  "la tecnología, la investigación, es una gran fuente de riqueza. Los beneficios de nuestra empresa vienen tanto de la producción de energía como de la producción de tecnología. Tenemos ofertas para hacer plantas para otras firmas en varios lugares del mundo. Será gente de la casa quienes vayan a construirlas porque sólo nosotros sabemos hacerlas".

La termosolar está dando sus primeros pasos, aunque está lejos de lo que se conoce como el óptimo económico. Treinta años hace del primer molino de viento en Tarifa y la energía eólica ya se ha asentado y está dentro de ese óptimo económico que, además, genera un movimiento económico entre pequeñas empresas, muchas de ellas instaladoras, o como Villasolar, de Villamartín, que comercializa aerogeneradores domésticos para el abastecimiento de una vivienda.

Y mientras esto sucede, los ecologistas se movilizan ante la posibilidad del regreso al pasado. La firma de Texas  Schuepbach Energy cuenta con permisos para el rastreo de gas en el subsuelo de La Janda. El temor ecologista se encuentra en la práctica de prospección y extracción, la fractura hidráulica, fracking, cuyas repercusiones se desconocen. Lo mismo que la riqueza fósil que se esconde bajo nuestros pies.

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