American fiction es la última de las diez películas candidatas al Oscar de este año que se estrena en España, también la única que lo hace directamente en plataformas (Amazon Prime), quién sabe si por la desconfianza de que su nicho de mercado, que no es otro que el de la película afroamericana sobre asuntos políticos afroamericanos, no fuera a tener demasiada aceptación en la cartelera lejos de Estados Unidos.

El debutante Cord Jefferson, hasta ahora curtido en la televisión (The good place, Watchmen), adapta la novela de Percival Everett que satiriza el mundo de la literatura y la corrección política en la esfera académica y cultural norteamericana a través de un profesor universitario enfadado con el mundo que ve como sus novelas serias no triunfan mientras que las de sus colegas negros sí lo hacen explotando todos los tópicos sobre la negritud vinculada al gueto, la delincuencia y demás estereotipos raciales.

Jeffrey Wright (habitual de Jarmush o Anderson), también nominado al Oscar, pone la piel y las malas pulgas a un personaje que atraviesa una crisis personal y familiar (de clase media alta) al tiempo en que, empujado por su editor, escribe anónimamente una de esas novelas de dice detestar y con la que acaba consiguiendo ese reconocimiento crítico que siempre había deseado.

American fiction se mueve así entre la metaficción más literal (y teatralizada), la sátira del mundillo cultural y un retrato íntimo por el que desfilan un hermano gay, una madre con Alzheimer, el fantasma de un padre poco ejemplar, un ridículo productor de cine, una sirvienta enamorada y una amante con su correspondiente peaje ético. El problema es que Jefferson no sabe separarse demasiado de sus materiales satíricos o darles una forma, un tono y una salida airosa que trasciendan el trazo grueso de sus ideas.