El Real Murcia consiguió ayer frente al Elche la primera victoria (1-0) de la temporada en la Liga Adelante pero la afición local mostró su total rechazo al técnico Javier Clemente, al que despidió con una atronadora bronca y una pañolada hacia el palco de las que hacen época pidiendo su destitución ya.

El conjunto grana jugó más de una hora con un hombre más por la expulsión del ghanés Wakaso y pese a ello estuvo durante casi todo el segundo tiempo encerrado en su área por un Elche que si no le goleó fue por la mala puntería de sus atacantes.

El Murcia se lo encontró todo de cara en el primer tiempo. Primero por un tempranero gol del serbio Ranko Despotovic, segundo por la expulsión de Wakaso y tercero porque se encontraba frente a un rival impetuoso pero sin las ideas claras en cuanto al juego y sin acierto arriba.

En el minuto 8, Quique de Lucas controló perfectamente un balón en el vértice izquierdo del área ilicitana, centró al segundo palo y Capdevila apareció para rematar de cabeza al larguero. Despotovic, atento al rechace, envió el balón al fondo de la red, anotando un gol que más tarde sería definitivo.

A pesar de su ventaja, el Real Murcia nunca fue capaz de controlar el juego y el conjunto de David Vidal tuvo opciones primero para empatar y más tarde para darle la vuelta al partido antes del descanso, sobre todo en unos últimos quince minutos en los que tuvo varias oportunidades a balón parado.

En la reanudación el Murcia pudo marcar, pero Despotovic no llegó a un pase de la muerte tras una buena acción de Capdevila por la banda izquierda. Fue un espejismo en un segundo tiempo dominado de cabo a rabo por un Elche al que sólo la mala puntería privó del empate.

En los últimos minutos, y entre la pitada generalizada en los graderíos, el Elche llegó a mandar al portero Wilfredo Caballero a rematar faltas y saques de esquina, pero ni siquiera así fue capaz de anotar un gol.

Javier Clemente, mientras tanto, no dio muestras de inmutarse y la afición no se cortó a la hora de recomendar al técnico vasco que se marchase a su casa.