El Nazaret Caja Inmaculada saldó con victoria su partido frente al Clipeus de Dos Hermanas, aunque los jerezanos sufrieron más de la cuenta y a punto los sevillanos estuvieron de proporcionar un disgusto serio a Jesús Azurmendi y a los suyos.

Como es obvio lo importante ayer era sumar los tres puntos para continuar en la zona noble de ta tabla clasificatoria y eso se consiguió, pero se hizo después de que los ayer locales completasen un partido de lo más irregular. El propio entrenador del Nazaret Caja Inmaculada reconoció a la finalización del encuentro que los jugadores habían notado la inactividad de los últimos días, circunstancia que como se sabe estuvo motivada en protesta por los continuos incumplimientos del club a la hora de abonar a la plantilla de jugadores y al cuerpo técnico el dinero que en su día de pactó. Por cierto, el presidente de a entidad, Pedro Orellana, no se dio ayer cita en el Ruiz-Mateos.

Los primeros compases del choque fueron eléctricos, con un gol de Juan que puso por delante al equipo nazareno y la respuesta de un Nazaret con la casi inmediata igualada merced a un gol del guardameta Wilfred, que demostró que con el balón en los pies no tiene mucho que envidiar a un jugador de campo.

Después de que el Nazaret Caja Inmaculada se mostrase bastante superior se llegó al descanso con un 4-1 que pareció dejar las cosas vistas para sentencia. Sin embargo una apática y desacertada segunda mitad estuvo en tris de dar al traste con la ventaja local.

Dos goles casi consecutivos en el mismo minuto (38') provocaron que las cosas se pusiesen muy feas para un Nazaret Caja Inmaculada que no veía el momento en que llegara el final del partido, pero por fin se acabó el suplicio y los tres puntos fueron a parar al zurrón jerezano para alegría y tranquilidad de los locales.