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Economía

La nueva Abengoa mantiene Sevilla como centro neurálgico de la empresa

  • La compañía se centra en cuatro negocios originarios: renovables, ingeniería, construcción y mantenimiento, en cinco mercados

  • La mayoría del empleo actual se mantendrá

Actual sede de Abengoa en Sevilla, situada en el Campus Palmas Altas.

Actual sede de Abengoa en Sevilla, situada en el Campus Palmas Altas. / José Ángel García

La nueva Abengoa, fruto de la reestructuración financiera y accionarial que ha permitido mantener la actividad de la multinacional, mantendrá Sevilla como su centro neurálgico, según confirmaron fuentes del mercado conocedoras de la estrategia de futuro de la compañía fundada en 1941 en la capital andaluza por los ingenieros Javier Benjumea Puigcerver y José Manuel Abaurre Fernández-Pasalagua, junto con tres amigos y otros familiares.

La cúpula actual de la compañía celebra en Sevilla todos los comités de dirección de la compañía y convoca también el 50% de los consejos de administración en la sede hispalense. "Abengoa es una empresa sevillana y seguirá siéndolo", aseguran las fuentes, que reconocen que los planes son permanecer en Sevilla aunque con cambios sustanciales en el negocio respecto a la etapa previa al preconcurso de acreedores de noviembre de 2015.

El 50% de los consejos de administración y todos los comités de dirección se celebrarán en SevillaEs probable que se aborde una operación de agrupación y canje de acciones

Volver a los orígenes es la senda por la que la nueva Abengoa quiere discurrir para devolver a la compañía "al lugar que merece", expresión utilizada frecuentemente por el presidente actual de la compañía, Gonzalo Urquijo, cuando se ha dirigido a la plantilla para ir detallándole todo el proceso que se ha seguido para evitar la quiebra, gracias a la adhesión del 94% de sus deudores al contrato de reestructuración de la compañía.

Así, Abengoa quiere volver a ser lo que la hizo grande en sus primeras décadas de los más de 75 años de existencia con que cuenta, una empresa fundamentalmente de ingeniería, construcción y mantenimiento. Para hacer realidad esa decisión estratégica, Abengoa se centrará en cuatro negocios: energías renovables, infraestructuras hídricas -incluyendo también gestión del ciclo del agua-, transmisiones eléctricas, de telecomunicaciones y ferroviarias y de metro y, en cuarto lugar, el mantenimiento de muchas de las instalaciones que la empresa diseña y construye.

Parte de esa estrategia ya se está ejecutando con la desinversión en otros negocios, como las plantas de bioetanol o la venta del 41,6% de Atlantica Yield -del que informamos ayer-, con el objetivo de hacer caja y reducir aún más los compromisos financieros de la multinacional energética y de ingeniería, esencialmente pagar el dinero nuevo recibido con la reestructuración.

Pese a los meses de incertidumbre vividos en Abengoa hasta conseguir salvarla de la quiebra y diseñar un futuro que le lleve a recuperar los beneficio, la empresa cuenta actualmente con contratos por valor de 1.250 millones de euros y con 160 proyectos ofertados en la actualidad, a los que hay que sumar otros 300 en ejecución.

Las cuatro actividades de negocios en las que se va a centrar la nueva Abengoa se desarrollarán en cinco mercados principales: España, resto de Europa, América, Oriente Próximo y África.

En el caso del mercado español, que se considera estratégico para que el relanzamiento de la compañía se centrarán en volver a ser aliados estratégicos de operadores de telecomunicaciones y eléctricos, una vez que se recupera la vocación principal de ser ingenieros, constructores y mantenedores de instalaciones y, por tanto, se abandonan otros negocios que entraban en colisión con los de esos clientes.

Además del reto de volver a ser lo que fue, las fuentes citadas, señalan que Abengoa está también centrada en conseguir liquidez, porque todavía no es lo suficientemente holgada para lo que desearía la nueva dirección.

El mantenimiento en Sevilla también supondrá que permanezca la mayoría del empleo que ahora genera. Las fuentes consultadas no descartan que se produzca algún ajuste más, aunque apuestan por que sea temporal. Actualmente sólo está en expediente de regulación de empleo la filial de bioenergía. Además, las mismas fuentes recuerdan que los veintidós expedientes que se han ejecutado desde que se emprendió la redimensión de la compañía para salvarla se cerraron siempre con un acuerdo con la parte social y con conocimiento de la Administración.

Al finalizar la reestructuración el pasado 31 de marzo, las acciones de la compañía de diluyeron por la entrada de capital y eso provocó un lógico desplome del valor de cada acción. ¿Hace esto a Abengoa apetecible para algún comprador? Las fuentes consultadas admiten que, como empresa cotizada, siempre está expuesta a una opa, pero al tiempo ven difícil que haya inversores, sobre todo si son industriales, que de decidan a comprar ahora, sin esperar a tener más datos de cómo evoluciona la nueva Abengoa.

Las mismas fuentes sí ven probable que sí se ejecute una operación de contra-split (agrupación y canje de acciones neutral, al mantener la propiedad y el valor de la acción resultante). El objetivo es reducir los 19.000 millones de títulos con que cuenta ahora la compañía entre el tipo A y el B, algo poco operativo. Tampoco es descartable una unificación en un solo tipo, algo previsto en principio en la reestructuración que no se llevó a efecto.

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