El vendedor de tickets del ‘Top Gun’ mira de reojo al del ‘Mega Canguro’. Son las cinco de la tarde del Día de los Cacharritos y lo único que lo demuestra es un cartel que asegura que todas las atracciones tienen un precio único y rebajado de dos euros. Los únicos cacharritos que a esta hora tienen algo de movimiento son los que incluyen el agua en su trayecto, y tampoco es para tirar cohetes. Incluso las tómbolas y puestos de comida rápida que cierran el perímetro de esta explanada están cerradas.

Este panorama, hasta entrada la tarde, es completamente comprensible debido a las temperaturas alcanzadas durante la jornada del martes. Hay que tener en cuenta que los niños, eternos protagonistas de esta zona, son especialmente sensibles al calor. Por eso, no es hasta las seis y media cuando la zona de los cacharritos empieza a tomar el esplendor que debe tener este día de la Feria del Caballo. Algunos padres, incluso, lleva un par de años con la tendencia de llevar a sus hijos al segundo Día de los Cacharritos, el último domingo de Feria en el que la afluencia de público es mucho menor.

Pequeñas vestidas de flamenca y pequeños vestidos de corto se suceden en esta zona ‘adosada’ al González Hontoria que solo separan las vías de un tren, hasta que la pesadumbre de los vendedores de tickets pasa al agobio por la venta de localidades y las grandes colas se convierten en las protagonistas del día. Los jóvenes –y no tan jóvenes– aprovechan también el descuento en las atracciones de más riesgo. Aquellas como ‘Extreme’, ‘Top Gun’, ‘Booster’, ‘Ratón Vacilón’, ‘Selva encantada’, ‘Hotel’, algunos de los canguros o ‘Ala Delta’ son las favoritas para los adolescentes y veinteañeros.

Los más peques, por otro lado, vuelven a caer en las atracciones más tradicionales. Algunos de los coches de choque (hasta tres han venido este año a la Feria del Caballo), el ‘Gusano loco’, carruseles o el clásico tren de los escobazos son solo algunas de las atracciones donde los padres regatean con los hijos el límite lógico de atracciones por día. Todo un espectáculo digno de ver.

Este tira y afloja se vuelve aún más evidente en la zona de las tómbolas. Juguetes y peluches rodeados de luces y música son los atractivos principales para atraer a los más pequeños hasta estos puntos tan temidos por madres y padres.