Acostumbrados a verla en su faceta más reivindicativa siempre que ha aparecido por Jerez, Ángeles Gabaldón regresa a la muestra varios años después de su última cita y lo hace con un espectáculo en el que “busco mis raíces”.         

–No venía al Festival de Jerez desde 2009, ¿por qué tanto tiempo de ausencia?

–Bueno, principalmente porque he sido madre y entre el embarazo y la crianza he bailado muy poco. 

–¿Tendrá ganas ya de bailar, no?

–Por supuesto y más aún con este espectáculo, con el que quiero presentar a una nueva Ángeles Gabaldón. 

–De aquel ‘Del Quivir’ que presentó la última vez que vino al Festival a este ‘Con corriente’, ¿hay muchos cambios a nivel personal?

–Sí que ha habido cambios y lo noto en que ahora me siento más madura y más segura. No puedo decir que soy una bailaora antigua, porque no lo soy, pero tampoco puedo decir que soy una bailaora joven, entonces estoy ahí en medio. 

–En su espectáculo habla usted de La Mejorana, de La Cuenca, de La Malena.... De todas, ¿quién le llama más la atención?

–Trinidad Huertas ‘La Cuenca’ fue una mujer alucinante. He estado leyendo su biografía y de todas es la que más me ha impresionado. A lo mejor porque bailaba de hombre y quería dar otra apariencia por circunstancias de la época. Debió tener muchísima personalidad, y además siendo de Cuenca, que suena tan poco flamenco... Sin embargo hacía cosas muy innovadoras.

–Usted ha destacado siempre por innovar con aquel Inmigración o Femenino Plural. ¿Ha dejado de ser aquella bailaora vanguardista en contínua búsqueda? 

–Bueno, no sé si vanguardista, aunque sí que he sido siempre una artista reivindicativa en el terreno social, involucrándome constantemente. Incluso a veces me han tachado de política, y no es así, soy social.

–Entonces ahora estará más implicada que nunca viendo cómo está la sociedad...

–Pues sí, de hecho formo parte de un colectivo que se llama Flo 6X8 y estamos ahí en la brecha. Hace poco estuve en Finlandia en el Museo de Pori, en un festival que se llamaba ‘It’s the Political Economy, Stupid’. Ha sido un pasote trabajar allí porque estaban todos los intelectuales del mundo, de Nueva York, de Suecia, Alemania... y bueno, me he codeado con esa gente y continúo en la brecha. 

–Tal y cómo está todo, ¿hace falta darle muchas vueltas a los espectáculos para ahorrar?

–Claro que sí, ahora lo difícil no es crear el espectáculo, sino montarlo sin que te cueste dinero. El dinero lo hace todo, pero ahora hazlo sin dinero, para eso hay que echar mano de los amigos y del ingenio. 

–¿Qué le están pareciendo los recortes en cultura, y en concreto en el tema de las subvenciones al tejido asociativo?

–Que me va a parecer, mal, pero siempre he defendido que el flamenco, porque es lo que me atañe, ha estado siempre en crisis. Nos hemos buscado las vueltas para seguir adelante. Ahora, en cambio, es peor porque se nos calla la boca de muchas maneras, no solamente en el tema económico. Fíjate hasta donde llega la cosa que hasta para viajar en avión con una guitarra tienes dificultades. Se está coartando la libertad de los artistas y eso es más peligroso que los recortes de dinero.