Memoria me dio 'pa' ti... Manolo Caracol

"El fandango caracolero es como un buen natural"

  • "Lo cree, lo dejé quieto atrás en la cadera, como diríamos para explicar un buen natural, y después lo alargué, me lo eché por delante con el pase de pecho. Ese es el fandango de Caracol"

La puesta en escena del Ballet Flamenco de Andalucía nos viene al dedillo para recordar al genio de los genios, Manuel Ortega Juárez, 'Manolo Caracol' (1909-1973) cuya leyenda como cantaor se comenzó a forjar precisamente en aquel concurso de 1922. 

 

En una entrevista realizada por Álvaro Santamarina en Diario Pueblo a finales de 1970, Caracol habla de su experiencia en Granada, concurso al que llegó tras convencer Antonio Chacón a su padre. "Yo tenía entonces 11 años. El jurado lo componían Zuloaga, Andrés Segovia, Manuel de Falla...y asesoraba Don Antonio Chacón. Oído, mucho cuidado, Don Antonio Chacón...Me quedé mano a mano con Tenaza, que entonces tendría unos 72 años y que era alguien en el mundo del cante. Así nací yo para el cante, así nació Caracol y de aquí iba a empezar el lío, el barullo, la revolución, el no va más".

 

Cuenta Caracol que en esa cita cantó "soleares y seguiriyas, que eran los cantes que había que llevar", pero además se atrevió por saetas. "Aquello fue un disloque", relata al Diario Ya en otra entrevista publicada en 1972. 

 

El premio, de 2.000 pesetas, se repartió entre los dos cantaores, un dinero que según él en aquella época servía "para dar de comer a una familia numerosa durante unos meses". Lo entregó a su padre "que me compró una bicicleta y me hizo una jartá de regalos".

 

La procedencia de su apodo lo explica el cantaor citando una anécdota vivida por su padre, del que lo heredó. "Estando un día mi padre cuando chico en Cádiz tiró un pelotazo a una olla de caracoles que se estaba guisando. Y como mi tía dijo '¡Sabía que esto iba a pasar, Caracol!, de ahí este apellido que se convertió en nombre artístico", asegura en ABC el 25 de octubre de 1964.

 

Como cualquier aficionado tenía sus preferencias y para él, de los cantaores "a los que oí, genial era Manuel Torre, y de los no he oído, por referencias, Tomás El Nitri". En el cante femenino se decantaba por "La Niña de los Peines" y en el baile "La Macarrona, es la que ha bailado como nadie en el mundo".

 

Precisamente, en otra entrevista a este mismo medio tres años antes, Caracol cuenta una anécdota sucedida con La Macarrona y La Argentinita. "Después de bailar la Macarrona, la Argentinita se pone de rodillas y en esta postura avanza hasta Juana, le quita los zapatos y se los lleva de recuerdo. ¡Cómo bailaría aquella mujer!".

 

Buen aficionado al toreo, Caracol presumía de haber creado el fandango caracolero que describía en un lenguaje taurino. "Lo cree, lo dejé quieto atrás en la cadera, como diríamos para explicar un buen natural, y después lo alargué, me lo eché por delante con el pase de pecho. Ese es el fandango de Caracol", relata a Vicente Zabala en la revista Blanco y Negro en 1971.

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