Jerez

Hallan el origen de las dos laudas del XV de San Juan de los Caballeros

  • Los investigadores David Caramazana y Manuel Romero apuntan a Flandes como lugar donde se encargó el mármol negro para hacerlas

El patrimonio de la ciudad nunca deja de sorprender, ya sea porque se cae o porque aparecen nuevos datos que lo revalorizan aún más. Los investigadores David Caramazana Malia y Manuel Romero Bejarano han publicado recientemente un artículo en una revista de la Universidad de Cádiz sobre historia y patrimonio medievales en el que aportan nuevos datos sobre las dos lápidas funerarias que se colocan en el suelo de la cabecera de la iglesia de San Juan de los Caballeros, que aparecieron en las obras de restauración del templo de finales del siglo XIX, y que pertenecen a un matrimonio y su hijo. "El único que las había estudiado fue Hipólito Sancho, aunque la interpretación no casaba con las piezas. Desde el siglo XIX no se habían analizado con tanta profundidad como ahora. Se le reconoce el mérito a Hipólito Sancho, pero hay datos erróneos", apuntan ambos estudiosos.

En el archivo de Camporreal aparecieron los testamentos del matrimonio, formado por Lorenzo Fernández de Villavicencio y Juana Fernández Zacarías, cuyo hijo se llamaba Giraldo. Dos laudas en las que la pareja aparece en un lado y el hijo en otro. A este último se le identificó de manera errónea como un antiguo alcalde de la ciudad. En el testamento del padre, este pide ser enterrado en San Juan de los Caballeros, iglesia a la que aporta fondos para decorar la cabecera de la misma. Habla del hijo, Giraldo, "que está enfermo y que no podía levantarse de la cama". Sin embargo, 30 años después, su mujer hace su propio testamento y pide descansar en otro sitio, junto a su padre, "y la lógica te dice que cuando se hace la lápida es cuando el padre hace el testamento", de ahí que ambos aparezcan juntos, cuando en realidad sólo está el marido.

La lápidas, datadas en 1433, "provienen de Flandes, lo que dice mucho del movimiento artístico que había en esta zona. Fueron pagadas y traídas desde allí. Otra curiosidad es la epigrafía que aparece en las mismas, con caracteres castellanos, ya que aún siendo la lápida de Flandes, se dejaba libre una parte del mármol negro para que fuera tallada en su lugar de destino", apunta Caramazana. En Andalucía tan sólo hay documentadas como tal otra lauda en el Museo Arqueológico de Sevilla, otra en Sanlúcar (ambas incluidas en este estudio) y otras en la Catedral de Sevilla pero que se perdieron. "El valor que tienen es que son muy raras en la zona. Había mucha exportación desde Flandes, pero quienes podían costeárselas eran pocos. Actualmente en España están documentadas 25, 11 se conservan y dos de ellas en Jerez", destaca Romero.

Las lápidas, que no tienen restos en su interior, están ahora mismo temporalmente ocultas por la estructura que sostiene en pie la cruz dentro de la Capilla Mayor, "pero hay un proyecto para ubicarlas levantadas en la Capilla de la Jura. La hermandad se ha involucrado mucho y dicha obra ya se ha aprobado en la Comisión de Patrimonio Municipal. Se está a la espera de financiación", adelantan.

Los estudiosos recuerdan que "estamos hablando del siglo XV, época con un comercio de arte importante y personas que tenían un nivel de vida bastante alto como para poder encargar estas lápidas, realizadas de un mármol especial, negro. Es un testimonio directo del comercio que existía con ciertos nobles, de cómo en Jerez, a partir de Sanlúcar, está entrando una serie de obras de primer orden, independientemente de lo que se desarrollaba en Sevilla. Ya no se necesita partir de un centro castellano para conseguir piezas de primer orden. Una lápida en la cultura castellana no tiene esta tipología". Esta nueva investigación sobre el patrimonio de la ciudad demuestra que Jerez "era un centro de producción artística y de recepción de obras de arte muy importante".

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