No habrá cambio de sede de la Unión de Hermandades, que seguirá usando la actual de calle Curtidores. Esa fue la esperada decisión que en la noche del martes adoptó el pleno de hermanos mayores celebrado de forma extraordinaria para debatir si se seguía adelante con la propuesta de ocupar el palacio Garvey. Finalmente, la votación dejó meridianamente claro que se rechazaba el proyecto, lo que fue ratificado por 31 votos; 3 votaron a favor de seguir adelante y hubo siete abstenciones.

De esta forma, queda para la historia este proyecto que con muchas ganas ha venido defendiendo el presidente del Consejo, Pedro Pérez, que, en cierto modo, esperaba poder convencer a los hermanos mayores de las bondades del cambio con los argumentos que ha manejado a favor de uno de sus grandes objetivos en el mandato que ahora concluye, basados, fundamentalmente, en tener mayor espacio para ampliar los servicios que ofrece el organismo cofrade a las hermandades, razonamientos que no pudieron cambiar lo que ya se presumía de antemano, que el pleno rechazaría el cambio de sede.

El organismo cofrade tiene las llaves del edificio desde hace tiempo, pero el handicap de todo esto ha sido el coste que tiene adaptar la casa para ocuparla, trabajos que supondrían unos 20.000 euros aproximadamente, que ahora tendrían que pagar las hermandades, al dejar claro el Ayuntamiento que no lo podía asumir. En octubre de 2014, fecha en la que se decidió en pleno que se aceptaba el ofrecimiento del gobierno anterior de cambiar la actual sede por la del Mamelón, en el convenio suscrito con el Consistorio no se recogía lo que de palabra se aseguró, que las obras a efectuar en el palacio las costearía el Ayuntamiento. Evidentemente, este cambio en las condiciones junto al creciente escepticismo que sobre el proyecto se ha ido asentando en el pleno, al verse más des ventajas que beneficios en el cambio, ha dado como resultado la decisión del martes. Días antes 25 hermanos mayores firmaron una petición al Consejo para que convocara un pleno extraordinario a fin de revocar el acuerdo.

Así las cosas, uno de los proyectos estrella de Pedro Pérez para su mandado queda en el cajón de los fallidos. Lo de cambiar de sede es algo que ha venido persiguiendo. Recordar el primer intento en este sentido de hacerse con el palacio situado en la plaza Rafael Rivero, antigua sede de la Fundación Teresa Rivero.