Medio Ambiente

Emergencia en el parque de Los Alcornocales por la plaga de una oruga

  • Miles de hectáreas están afectadas por billones de larvas de 'Periclista Andrei' que están dejando los árboles defoliados. Propietarios y personal Técnico del Parque piden a la Junta que fumigue.

Imagen de uno de los ejemplares afectados por la plaga de orugas

El arbolado del Parque Natural de Los Alcornocales está atravesando una situación de emergencia por los efectos de una plaga de la oruga 'Periclista Andrei', que está "afectando a miles de hectáreas y que puede suponer una catástrofe medioambiental si no se fumiga a tiempo", alerta Alejandro Lacave, propietario de una finca en el interior del recinto.

Uno de los ejemplares afectados Uno de los ejemplares afectados

Uno de los ejemplares afectados

La 'Periclista Andrei' es una oruga que defolia absolutamente el alcornoque, se come todas las hojas, con lo cual el árbol queda muy debilitado al no tener capacidad fotosintética. Al ser una planta, tira de sus reservas de almidón vuelve a echar la hoja para autoperpetuarse. Hoja que puede volver a ser comida por segunda vez, lo que lleva a los árboles a quedarse sin reservas. A todo ello se pueden sumar otras condiciones negativas, como un estrés hídrico si vienen unas condiciones de sequía prolongada (no se sabe aún qué pasará el próximo otoño) o si se descorcharan los árboles, lo cual no es factible y de hecho no se autoriza por la junta del parque cuando se dan estas circunstancias tan negativas.

Al ser un árbol que puede llegar a vivir mil años, su decaimiento tarda muchos años, de ahí la importancia de controlar esta plaga y que no se extienda más, puesto que con el cambio climático existen unas condiciones ya muy negativas como el hecho de que no haya tanta agua en el subsuelo, los manantiales subterráneos de filtración están desapareciendo en muchas zonas de la provincia, los árboles están viviendo más de sus sistemas radiculares que pivotantes que deberían alimentarlos en el verano, los otoños están siendo más calurosos, por lo que los estomas de las hojas están abiertos ya por adaptación y tienen mayor evaporación, hay cada vez menos semillas (no hay bellotas ya desde hace casi veinte años) debido a los últimos años tan calurosos que se han registrado. De ahí la importancia de que esta plaga no se extienda más, señalan los propietarios.

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