"No todo el mundo puede ser enólogo". Los alumnos del grado de Enología de la Universidad de Cádiz lucen en sus camisetas el lema que expresa el sentir de los profesionales del ramo, invitados a participar como jueces catadores en la primera edición del concurso VinEspaña junto a algún sumiller y crítico especializado. Pero la inmensa mayoría de los cerca de 40 miembros del jurado del certamen celebrado ayer en el conjunto monumental del Alcázar son enólogos federados, de los que en España hay unos 1.400 repartidos en las distintas asociaciones regionales que integran la Federación Española de Asociaciones de Enólogos (FEAE).

El presidente del a federación nacional, Santiago Jordi, hace las veces de presidente de VinEspaña, labor para la que cuenta con la ayuda como lugarteniente del presidente de la Asociación Andaluza de Enólogos (AAE), Juan José Mesa, cuya sede está afincada en Jerez por aquello de que el 75% de sus asociados son profesionales de la provincia, lo que vienen a ser del orden de 130 enólogos.

La federación española de enólogos dará a conocer el fallo del jurado el próximo martes

El peso de Jerez y su prestigio en el mundo vinatero como Denominación de Origen más antigua de España tienen mucho que ver en la elección de la ciudad como sede de la primera edición de la nueva modalidad del concurso que convoca la FEAE, antes limitado a la tempranillo -'Tempranillos al mundo'- y que ahora se abre para abarcar el resto de variedades y tipos de vinos que se elaboran en España.

Los jueces están concentrados en las catas a ciegas de los 380 vinos presentados a concurso, entre ellos un centenar de jereces (el 25% del total) y otra treintena larga de vinos de la Tierra de Cádiz, y que se disputarán el poco más de un centenar de dsitinciones, que se corresponden con el límite del 30% de las muestras inscritas que establecen las reglas de los organismos internacionales por las que se rige el certamen.

Hasta el martes no se conocerá el fallo del jurado, depositado ante notario al término de las dos sesiones de cata celebradas ayer. La máxima distinción en disputa es el Gran VinEspaña de Oro, reservada para las muestras puntuadas con 92 o más puntos. El VinEspaña de Oro es para los vinos de menos de 92 a 88 puntos, mientras que la Plata es para puntuaciones de menos de 88 a 84.

La organización, sin menoscabo del límite del 30%, se reserva el derecho de otorgar unos premios especiales en base al origen, variedad, categoría... Del mismo modo, y en aras de reconocer la labor de los enólogos, los responsables técnicos de los vinos ganadores en cada categoría.

Las primeras impresiones en el receso entre una y otra sesiones de cata son buenas en líneas generales, pero siempre hay alguna excepción. En la mesa presidida por el presidente de la asociación de enólogos de Galicia y vicepresidente de la federación española, Luis Buitrón, en la primera ronda ya habían adjudicado provisionalmente dos grandes oro -uno para un blanco y otro a un tinto joven-.

"En general va todo muy bien y hay vinos de muy buen nivel", señala Buitrón, quien se muestra encantado de su estancia en Jerez, de cuyos vinos subraya su nuevo empuje, que los gallegos han tenido oportunidad de comprobar por la "gran repercusión" que ha tenido el recién clausurado Sherry Festival de La Coruña.

En otra mesa, sin embargo, a la misma altura del concurso habían descalificado dos vinos por no reunir los mínimos necesarios para competir. "No entiendo muy bien por qué los presentan, igual es por si cuela", comentó uno de los enólogos invitados a formar parte del jurado.

La enóloga de Vega Sicilia (Ribera del Duero) y presidenta de los enólogos de Castilla y León, Begoña Jovellar, tampoco se había topado con ningún vino descartable en su panel la primera sesión de catas. "Hay buen nivel, en general, en los tintos, rosados y blancos, y aunque aún no tenemos ningún gran oro, sí hay algunos oros", indicó Jovellar, para la que la apertura del concurso a todas las tipologías del vino es un acierto.

Cada miembro del jurado viene a catar unos 65 vinos, cifra razonable para no saturar los sentidos. Un jurado formado mayoritariamente por enólogos aporta un valor añadido al concurso, ya que según el presidente de la asociación andaluza, "sus valoraciones son más técnicas y objetivas que las de otros profesionales, como pueden ser los sumilleres y eso es un aval importante".