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El escándalo de la cruz

El escándalo de la cruz

El escándalo de la cruz

San Pablo en la primera carta a los Corintios escribe que "mientras que los judíos piden milagros, y los griegos sabiduría, nosotros anunciamos a Cristo crucificado escándalo para los judíos y locura para los paganos". Efectivamente el morir en una cruz era el mayor escarnio que podía sufrir un ser humano. Era un castigo que se aplicaba a los rebeldes, a los esclavos, a los marginados, en definitiva a lo que podríamos llamar la escoria de la sociedad. Los ciudadanos romanos no podían ser sometidos al suplicio de la cruz, a no ser en casos excepcionales. Recordemos que Pablo que ostentaba la ciudadanía romana fue decapitado y no crucificado. Eran ejecuciones tremendamente crueles, en primer lugar por los castigos que se les infligían antes de la crucifixión y después por la lentitud de la agonía, quedando después sus cuerpos a merced de alimañas y animales salvajes que se encargaban de devorarlos.

Jesús padeció la ejecución en la cruz, en aquel momento era un fracasado, después de una vida de entrega a los demás, muere sólo, con la compañía en la lejanía del grupo de sus seguidoras. Los apóstoles habían huidos despavoridos Un dolor y una soledad tan grande que se sintió abandonado hasta por Dios. El grito "padre ¿ por qué me has abandonado ?, es estremecedor. Su humanidad alcanza en ese momento el culmen. Seguro que en esos momentos de dolor y dudas se preguntaría que he hecho para morir de esta forma tan cruel.

En estos días, en los que conmemoramos su muerte, tendríamos que reflexionar por los motivos de la misma. Para muchos cristianos la crucifixión fue un sacrificio de expiación ante el Padre por los pecados de la humanidad. Craso error porque de esta forma se descafeína no sólo su muerte sino también su vida, demostrándose que no se ha entendido ni la vida ni el mensaje de Jesús, dándose una pobre imagen del cristianismo a los ojos de las mujeres y hombres de buena voluntad en el mundo moderno.

Jesús, a ver si nos enteramos de una vez los cristianos, fue ejecutado por su estilo de vida, por lo que decía y por lo que hacía. Fue un hombre totalmente coherente, su vida y sus palabras era todo lo mismo. Jesús fue sentenciado a la más ignominiosa de las muertes, tras un dudoso proceso por parte de las autoridades políticas y religiosas, ambas por igual, aunque por no enfrentarse a las autoridades romanas, los que escribieron los evangelios, cincuenta o sesenta años después de la muerte de Jesús, ofrecieron una imagen irreal de Pilato, que hizo según los textos, todo lo posible por salvar a Jesús. Su fama de cruel, corrupto y otras "virtudes", jalonaron su vida, al extremo de ser destituido del cargo a los pocos años de la muerte de Jesús.

Jesús mantuvo un continuo enfrentamiento contra todas las autoridades. A los estamentos religiosos les critica que anteponen el cumplimiento de la ley al derecho a la vida e incitan a la venganza en vez de al perdón. Imponían al pueblo cargas legales que ellos no cumplían. Denunciaba las múltiples marginaciones a las que eran sometidas las mujeres, que en el movimiento de Jesús recuperan su dignidad. Atacó la acumulación de bienes, manifestando que no se podía servir a Dios y al dinero. Se enfrentó a los políticos, a quienes acusó de opresores. Si a todo ello añadimos su opción por los más pobres, prostitutas, leprosos, recaudadores, en definitiva los marginados y la escoria de la sociedad, el resultado no podía ser otro que su eliminación.

Desde la cruz Jesús nos está marcando el camino que ha de seguir el que quiera ser cristiano. Estos días son propicios para que nos replanteamos si realmente queremos ser discípulos del Maestro, el camino no es cómodo ni fácil porque tenemos que romper muchas ataduras a las que estamos sometido, pero es el que nos lleva a la salvación.

Concluyo con una frase de la Carta Placuit Deo promulgada recientemente por la Congregación para la Doctrina de la Fe de fecha 01/03/2018 : "Cristo es Salvador porque ha asumido nuestra humanidad integral y vivió una vida humana plena, en comunión con el Padre y con los hermanos. La salvación consiste en incorporarnos a nosotros mismos a su vida, recibiendo su Espíritu".

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