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Cambio en la casa blanca El ex senador por Delaware apoyó la guerra de Iraq

Biden, el 'complemento' perfecto

  • El nuevo vicepresidente de EEUU debe aportar a Obama su experiencia en temas internacionales y sus habilidades personales para relacionarse con los parlamentarios

El Senado de EEUU es como su segundo hogar pero, a sus 66 años, Joe Biden ha pasado a ocupar una oficina en la Casa Blanca, desde donde aportará su experiencia en temas internacionales y habilidades personales para relacionarse con los parlamentarios.

El martes, este hombre cálido y de buen carácter, que parece estar a gusto en todos los ambientes pero que también es conocido por sus meteduras de pata, se convirtió en el vicepresidente de EEUU. Ese día comenzó una segunda carrera política para él, después de haber sido elegido y reelegido senador por Delaware (al este del país) ininterrumpidamente por 36 años, cargo en el que se ausentó sólo durante siete meses en 1988, cuando fue hospitalizado por dos aneurismas cerebrales.

Si el presidente número 44 de EEUU, Barack Obama, a quien prestó juramento, muriese o renunciase, sería Joe Biden quien le sucedería en el cargo. Eso no le impide juzgar el rol que debe cumplir el vicepresidente. Por ejemplo, no ha tenido el más mínimo problema en cuestionar a su predecesor en el cargo, Dick Cheney, como "el vicepresidente más peligroso en la historia de EEUU".

Poco antes de renunciar al Senado, donde desempeñaba el cargo de presidente de la Comisión de Asuntos Extranjeros, Biden efectuó una gira por Pakistán, Afganistán, Irán e Iraq. La experiencia de Biden acompañará muy de cerca a Barak Obama, que deberá enfrentarse a un panorama internacional complejo. "Biden está especialmente capacitado para poder comprender cómo EEUU y sus aliados clave deben trabajar en equipo para resolver los problemas globales", sostuvo poco antes de las elecciones del 4 de noviembre el analista William Antholis, de Brookings Institution.

Biden, que apoyó la guerra en Iraq antes de cambiar de opinión, fue uno de los primeros, a mediados de los años 90, en calificar al ex presidente serbio Slobodan Milosevic como criminal de guerra. Fue también uno de los primeros políticos estadounidenses en pedir la clausura de la controvertida prisión de la base de Guantánamo, certificada ayer. Sin embargo, a finales de diciembre, después de "haberse puesto en contacto con muchísimos dirigentes de todo el mundo", Biden expresó su "inquietud" por el nivel de expectativa generada por el futuro presidente en el terreno internacional.

Sus conocimientos también podrán ser aprovechados por la nueva secretaria de Estado, Hillary Clinton, que se despidió del Senado junto a él y que ayer fue nombrada de forma oficial.

Joseph Robinette Biden Junior nació en Scranton (Pensilvania, una de las ciudades estadounidenses víctimas del declive industrial), en el seno de una familia católica de origen irlandés. Primer integrante de su familia en obtener un diploma universitario, fue elegido senador a en 1972, a los 29 años.

El comienzo de su carrera política quedó marcada por la tragedia: poco después de su elección, justo antes de Navidad, su mujer y su hija de 13 meses perdieron la vida en un accidente. Sólo dos hijos varones sobrevivieron. Su hijo mayor, Beau, hoy ministro de Justicia de Delaware, se encuentra actualmente desplegado en Iraq en una unidad de la Guardia Nacional. El otro, Hunter, de 38 años, es abogado en Washington D. F. Joe Biden tiene también una hija de 27 años, Ashley, con su segunda esposa, Jill, profesora universitaria.

Jill "es una verdadera bomba, ella también tiene un doctorado", resaltó Biden en una de sus meteduras de pata más recordadas, casi tanto como cuando calificó a Obama, durante las elecciones primarias demócratas, de forma desafortunada: "Es el primer afroamericano capaz de expresarse bien, es brillante y es un hombre apuesto", deslizó por error, casi sin pensarlo, durante una entrevista.

"Parece un hombre salido de un libro de cuentos", añadió entonces al diario New York Observer.

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