Las autoridades de seguridad nacional de Pekín ofrecen compensaciones de hasta 500.000 yuanes (hasta 68.000 euros, en función de la calidad de la información proporcinada) por denunciar a un espía, en un intento por construir una "Gran Muralla antiespionaje".
Para atajar la "infiltración" de fuerzas extranjeras, las autoridades chinas animan a la ciudadanía a denunciar la presencia de espías por teléfono, por carta o en persona, informó ayer el diario Beijing News.
"Pekín es la primera opción para agencias de espionaje extranjeras y otras fuerzas hostiles para llevar a cabo actividades de infiltración, subversión, división y robo o destrucción de información", subrayó el comunicado oficial publicado ayer por el medio.
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