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El Gobierno y la oposición de Bolivia reanudan las conversaciones a puerta cerrada

  • El diálogo es crucial para conseguir una pacificación definitiva de la vida política

El Gobierno boliviano y los prefectos opositores de cuatro de las nueve regiones reanudaron ayer a puerta cerrada un diálogo destinado a pacificar el país, en presencia de observadores internacionales de la OEA, ONU, Unasur y UE.

El crucial encuentro entre el presidente Evo Morales y los prefectos (gobernadores) de Santa Cruz, Tarija, Beni y Chuquisaca fue instalado en un recinto de las afueras de la ciudad de Cochabamba en medio de fuertes tensiones políticas.

Las autoridades recibirán un informe de las mesas técnicas que intentan desde el 18 de septiembre un acuerdo sobre distribución de ingresos de las exportaciones de gas, acerca de gobiernos autónomos y el llamado a un referéndum para votar una nueva Constitución. Según fuentes reservadas existen alentadores avances en las mesas referidas al impuesto a los hidrocarburos (IDH) y las autonomías.

El Gobierno estaría en disposición de restituir los ingresos por el IDH recortados a las regiones este año para financiar un bono anual para los ancianos y de crear gobiernos autónomos departamentales, municipales e indígenas "con potestad legislativa", mecanismos que deberán ser contemplados en una nueva Constitución.

La propuesta del Gobierno fue entregada previamente a los observadores internacionales "para dar cuenta de todo lo avanzado en ambas mesas técnicas de trabajo", declaró sin revelar el contenido el viceministro de Descentralización, Fabián Yacksic.

Previo a la reunión, la delegada residente de las Naciones Unidas en Bolivia, Yoriko Yasukawa, declaró que "el diálogo requiere un gran esfuerzo y un compromiso firme de todas las partes".

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