Cultura

La cárcel de Botafuegos alberga el concierto más especial de David DeMaría

  • El artista jerezano retrasa sus vacaciones para ofrecer a los presos un recital cargado de alusiones a la libertad · Cuatro internos suben al escenario para acompañar con sus palmas las canciones

Nunca nadie retrasó sus vacaciones con tan buena cara. El cantante y compositor jerezano David DeMaría dio ayer por finalizada su gira en un ambiente y un espacio especial, el del centro penitenciario de Botafuegos en Algeciras, al que acudió altruistamente.

"La música puede ser la mejor medicina para esta gente", dijo el artista antes de que comenzara el concierto, mientras uno de los internos le presentaba recitando una emotiva semblanza del artista en forma de poema.

En el auditorio sólo le esperaban una guitarra acústica, un cajón y los teclados, lejos de los grandes arreglos de los grandes conciertos. Más que suficiente para llenar con su voz y sus ganas el salón de actos, donde le esperaban internos e internas de 15 módulos que tuvieron la oportunidad de asistir.

La primera de las melodías que sonaron entre las rejas algecireñas fue la de Miradas cruzadas. Nombre que David completó con "llenas de libertad", con la que David se ganó a su público. Únicamente acompañado de su guitarra y ataviado con ropa oscura, admitió a los presentes que éste iba a ser "el concierto más especial de su vida" e incluso cambió algunas de las letras para la ocasión para dar palabras de aliento a "los arrepentidos", como ya declaró que esperaba que fuera la cita en una entrevista publicada hace sólo unos días.

Poco después, el poco miedo al respetable que pudiera quedarle lo desechó e incluso decidió quitarse la tarjeta de visitante de la prisión. "Esto no me sirve porque yo ya me siento uno más de vosotros", gritó arrojando la tarjeta al suelo. Este gesto motivó más aplausos para el artista, que cada vez se veía más cómodo sobre el escenario.

Barcos de papel fue la segunda canción del concierto. Su "qué solitas se quedan las olas cuando el sol se agota" sonó mejor que nunca sobre el compás marcado por las palmas de los presos. Cuatro de ellos participaron activamente junto a David sobre el escenario, disfrutando más que ninguno de una ocasión que no se suele repetir muy a menudo en un centro penitenciario.

Los temas de su último disco recopilatorio La fuerza de voluntad se sucedieron, aunque David también quiso dar voz a los cuatro hombres, que convirtieron el escenario en todo un tablao flamenco en el que sonaron coplillas, fandangos y demás ritmos flamencos que también conocidos por el artista, que les acompañaba con mucho gusto. En ocasiones, se colocaba detrás de ellos para darles protagonismo.

El concierto volvió a ser de David cuando pidió permiso para dedicar a las mujeres presentes, que eran menos numerosas que los hombres, la canción Precisamente ahora. El estribillo de este tema, que es uno de los más conocidos del artista, fue cantado por todos.

La cita continuó con más sones flamencos, de los que el jerezano participaba como uno más. El concierto tuvo un receso de unos 10 minutos. Tras ellos, más canciones bien conocidas siguieron sonando en el auditorio algecireño, en el que, además de los presos, participaron Javier Fajardo al teclado, Víctor Rosa a la guitarra y Manu Gil al cajón.

Después de este último concierto y el primero del artista entre rejas, David DeMaría disfrutará de sus merecidas vacaciones tras 24 meses de gira para presentar su último dísco, con el que ya ha conseguido un disco de oro.

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