Diario de las artes

El CAC Málaga, estación término del arte internacional

La conciencia artística general está al tanto de la gran importancia que Málaga ha conseguido en los últimos años y cómo hoy es, junto a Madrid, el Centro de lo artístico en España. El importante número de plazas museísticas se corresponde con la calidad que las mismas poseen. Este momento dulce que nadie pone en duda, comenzó hace alrededor de quince años cuando el Centro de Arte Contemporáneo, el CAC Málaga, iniciaba su andadura. Desde un primer momento fue el claro espejo donde otros querían mirarse. Su significación, sobre todo en lo que concierne a la apuesta por el Arte Internacional, es tan grande que tiene un unánime reconocimiento desde todos los sectores. Todo esto ha valido para que a Fernando Francés, su director desde el inicio, se le haya concedido, por S.M. La Reina Isabel II, la Orden del Imperio Británico.

En esa programación de absoluta decantación hacia los más notables artistas internacionales que nunca han expuesto en España o lo han hecho de manera escasa y sólo en contadas ocasiones, dos importantes exposiciones de artistas extranjeros, Jia Aili y Peter Doig, comparten el espacio del antiguo Mercado de Mayoristas malagueño, coincidiendo, además, con una videocreación de la artista conceptual alemana Rosemarie Trockel.

JIA AILI. Una nueva Apocalipsis

La hermética China descubre, afortunadamente cada vez más, artistas de absoluta proyección y con verdadera dimensión artística, al margen de los espurios planteamientos de otros, con intereses más alejados de la mera creación artística, caso del gran Ai Weiwei. En esta parcela se encuentra Jia Aili, un artista nacido en 1979 en la localidad de Dandong, al noroeste de Corea, que está en posesión de un particular lenguaje pictórico y de un personal concepto representativo en el que se plantea aspectos de una sociedad, la China, con demasiados contrastes y matices en un momento en el que se intenta despegar hacia los parámetros que dicta la Modernidad pero, siempre, con los esquemas de un pasado reciente del que es difícil sustraerse. Jia Aili nos presenta una actividad pictórica que relata acontecimientos históricos, hechos de una sociedad con demasiados registros hostiles, imágenes de una realidad que desentraña asuntos tanto mediatos como inmediatos y que hacen referencias a periodos de un tiempo en el que la situación social presentaba complejas circunstancias con la humanidad asistiendo a ese proceso vital tremendamente comprometido para y por el propio discurrir.

Grandes cuadros que, como las antiguas pinturas de historia, nos hacen transitar por ciertos acontecimientos reales pero, también, dejan entrever espacios metafóricos donde la presunción anida, donde lo real delimita estructuras y se abre paso entre una maraña de sucesos con lo real y lo ficticio diluyendo sus fronteras. La historia de con sus capítulos contados a modo de historietas de imposibles, con protagonistas en escenarios apocalípticos, que asumen su aplastante soledad, con la tecnología ofreciendo sus desapasionados desenlaces, posibilitando espacios bombardeados, siniestros paisajes, algunos de resonancias extraplanetarios, son elementos de una pintura que nada a contracorriente en un sistema cultural del que quiere dejar un nuevo sistema que abra las habituales perspectivas. Una pintura que, además, insiste en una humanidad abocada a imprevisibles consecuencias.

Jia Aili es un artista que llega a Málaga portador de unos valores artísticos diferentes y que asume un desarrollo creativo distinto. Un artista que, desde ahora, nos hará participar de un concepto representativo con nuevos planteamientos sobre una humanidad que desarrolla unos actos de imprevisibles consecuencias.

PETER DOIG. Los carteles del gran cine

Desde que, en 1891, Henri Toulouse-Lautrec pintara su famoso cartel 'Moulin Rouge', la publicidad de los espectáculos alcanzaría determinantes cotas y se elevaría a definitiva obra artística. Para el cine fue decisivo la pintura publicitaria; en el recuerdo de los menos jóvenes están presentes aquellos grandes paneles anunciadores de las películas que eternizaban fielmente un momento de las mismas. En España existieron verdaderos artistas de ello y, aquí, en Jerez, trabajó una familia de grandísimos artistas, los Lanzarote - el recordado pintor Juan Gutiérrez Montiel, entre ellos - que potenciaron el género hasta límites insospechados. Y en una parecida dimensión se encuentra la obra que Fernando Francés ha llevado hasta su Centro de Arte malagueño. Peter Doig (Edimburgo, 1959) vivió su juventud entre Trinidad y Canadá para, trasladarse a Londres, donde permaneció hasta el año 2002. Posteriormente volvió a Trinidad país en el que actualmente vive y trabaja. Allí abrió un cineclub, el 'studiofilmclub' en una antigua destilería de ron, ofreciendo las películas más importantes del cine y aquellas otras que tenían una especial significación para la gente de Trinidad. De cada una de esas películas proyectadas, realizaba un cartel anunciador en el que pintaba retratos de los protagonistas, escenas de las películas, los títulos de las mismas o recreaciones y evocaciones de lo que ofrecían.

La exposición nos presenta más de un centenar de aquellos carteles creados para Studioflimclub en el que el autor hace gala de una pintura ecléctica, con mucho del pop, pero con unos personalísimos desarrollos artísticos donde la realidad y la abstracción funden sus fronteras en unos paisajes pictóricos, llenos de texturas, de colorido, de conceptos, de evocaciones y de referencias claras que nos sitúan ante un artista que tiene al cine como punto de partida para, al mismo tiempo, desarrollar una teoría plástica y estética llena de carácter y emoción.

Con esta exposición de Peter Doig, Fernando Francés vuelve a hacer gala de su gran intencionalidad: dar a conocer al gran público los más importantes artistas internacionales, aquellos que nunca habían expuesto en España o cuya referencia era más bien mínima y sólo para los más avezados. Con Peter Doig lo consigue de principio a fin.

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