Rocío Cano.

He venido diciendo en los últimos días que el momento actual de la pintura que se hace en esta ciudad es de los más importantes de cuantos se han dado a lo largo de su historia.

La afirmación viene respaldada por el número tan elevado de artistas que existen en Jerez, que son autores de una pintura excelsa y lúcida, con verdadero criterio artístico y planteando los registros de un arte que no tiene tiempo ni edad. Los nombres están en el imaginario de todos.

El viernes se inauguraba en Pescadería la obra de Eduardo Millán, uno de los pintores más ciertos que uno, hoy, se puede encontrar. El mismo día, por la mañana se daba a conocer el fallo del jurado de uno de los premios de pintura más importantes de cuantos se celebran en Andalucía. La obra ganador, 'Paisaje con casa', su autora Rocío cano. De nuevo, la pintura que se hace en Jerez protagonizaba un importante evento y mostraba esa realidad indiscutible que es la pintura hecha por artistas jerezanos. Mi afirmación con la que comenzaba este escrito, se constataba una vez más. Momento dulce de la pintura de nuestra ciudad.

Rocío Cano es una artista joven que lleva tiempo convenciéndonos de su buen hacer. Recién salida de la Facultad ya tuvimos la oportunidad de creer en su pintura y de saber que, en ella, había mucha madera de artista grande. Lo ha demostrado con creces. Su obra, actualmente, está teniendo éxito en Madrid. Está exponiendo en A Poniente de El Puerto y, ahora, gana uno de los más reconocidos certámenes. Por algo será. La obra ganadora es un bello paisaje de una exquisitez aplastante y una difícil manifestación de esencialidad pictórica.

Varias son las consideraciones que se podrían entresacar de este Premio. En primer lugar, ha sido valorado por un jurado de pintores expertos. Esto que podría parecer algo de obligado cumplimiento, no siempre se lleva a cabo y la conformación de los jurados, en múltiples ocasiones, deja mucho que desear, poniéndose a valorar obras de arte a ciertos personajes – políticos, culturetas, “glorias” locales de dudosa formación artística, pintores aficionadetes, técnicos municipales… - cuya preparación y sabiduría está bastante fuera de lugar.

Esta edición, la cuadragésimo octava, del Concurso Internacional de Pintura de Paisaje Alcalá de Guadaíra, ha contado con un jurado de mucha entidad artística, los pintores y profesores de Bellas Artes, Gloria Martín Montaño, Daniel Bilbao, Luis Manuel Fernández y Juan José Gómez de la Torre, todos altamente cualificados para saber lo que debían valorar. Al mismo tiempo es un premio muy considerado por los pintores de todos los sitios – trescientas veinticinco obras han sido las presentadas – que acuden, sin dudarlo, no sólo por la cuantía del premio sino por la importancia de la selección y la exposición con la obras seleccionadas.

La obra de Rocío Cano está muy en la línea de sus últimas realizaciones. En ella se observa cómo el paisaje se ha ido desposeyendo de elementos representativos para quedarse sólo en una manifestación muy sintética de lo real. La composición se reduce a unos mínimos elementos cromáticos muy bien distribuidos en planos que, posibilitan unos desarrollados paisajísticos contenidos pero de gran expresividad. Es una pintura figurativa, básica y de esencial proyección ilustrativa que deja en suspenso mucho de lo real para alcanzar estructuras que casi rozan lo abstracto. En definitiva, una muy buena pintura para un muy buen Premio.

Nosotros, que asistimos a aquellos expectantes iniciales pasos de Rocío Cano y en quien creímos desde un primer momento – fue de las primeras artistas que ocupó los espacios de la Sala ArteaDiario-, nos sentimos tremendamente orgullosos de ver la absoluta proyección de una artista que es, ya, una manifiesta realidad. Una más de esas importantísimas que configuran la pintura que, actualmente, se hacen en nuestra ciudad y que, vuelvo a decirlo, vive un momento tremendamente dulce.