Arte

El cuerpo, símbolo de resistencia

  • El Museo Picasso de Málaga acoge hasta el 17 de septiembre ‘Bacon, Freud y la Escuela de Londres’, una histórica reunión de obras clave de la Tate

Se han colgado 90 piezas, en su mayoría pinturas, pero también obra sobre papel

Se han colgado 90 piezas, en su mayoría pinturas, pero también obra sobre papel / Javier Albiñana

En una Europa destruida por la guerra y un Londres en reconstrucción, los aires de superioridad artística soplaban desde Estados Unidos. La abstracción y lo conceptual eran las formas predominantes y, por tanto, las corrientes que habían moldeado el gusto del público. El arte centrado en el cuerpo, en lo figurativo, estuvo subestimado hasta los años 80. Pero eso no pareció importarle a un grupo de pintores que, con la capital británica como escenario, desarrollaron con contundencia sus particulares visiones centradas en la representación de la figura humana, del paisaje y lo cotidiano. Al margen de modas y estilos, sus lienzos supusieron su particular resistencia. Fueron amigos, maestros, alumnos, consejeros y rivales que han sido encuadrados en la Escuela de Londres, aunque no sea una etiqueta aceptada por todos. El Museo Picasso Málaga muestra por primera vez en conjunto una selección de obras clave de la Tate de Londres, que ha organizado la muestra temporal Bacon, Freud y la Escuela de Londres con la colaboración de la pinacoteca malagueña y el patrocinio de Caixa Bank. La exposición está compuesta por 90 obras, en su mayoría óleos, junto a obras sobre papel y grabados, y se podrá visitar hasta el 17 de septiembre. Distribuida en dos plantas, la exhibición reúne obras de diez artistas con Francis Bacon y Lucien Freud –nieto del famoso psicoanalista– como nombres principales pero que supondrá grandes descubrimientos para el visitante. Michael Andrews, Frank Auerbach, David Bomberg, William Coldstream, Ronald B. Kitaj, Leon Kossoff, Paula Rego y Euan Uglow completan el decálogo de singulares miradas reunidas en esta completa exposición comisariada por Elena Crippa, conservadora del departamento de arte moderno británico de la Tate. “Se ha reunido la producción de diez pintores sobresalientes que tienen una visión singular, propia y que se centraron en explorar la apariencia y la fragilidad no sólo de la figura humana sino también del paisaje de lo cotidiano”, comentó el martes la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso. “La exposición nos va a acercar también a una época y una ciudad muy importante para el desarrollo social y cultural de la Europa de mitad del siglo XX, para comprender ese devenir y desarrollar un necesario espíritu crítico”, agregó Alonso. La muestra, como explicó el director artístico del Museo Picasso Málaga, José Lebrero, está estructurada en cinco áreas. La visita comienza con el apartado Nuevas miradas hacia el realismo, “después una especie de galerías de retratos de estos protagonistas de la Escuela de Londres para pasar al cuerpo, al desnudo trazado con gran intensidad”, argumentó. También, como destacó Lebrero, la comisaria quiso recalcar algo importante y es que estas creaciones “no son sólo procesos de aislamiento, sino también narraciones pictóricas entre seres humanos que se quieren, que se odian o se desean, que se relacionan”. La muestra finaliza con el capítulo Sensación del lugar, “escenarios privados y lugares públicos de un Londres que no se reconoce como el de las guías turísticas pero que es una ciudad muy vivida y sentida por estos artistas”, añadió el director artístico del Museo Picasso Málaga. El experto señaló igualmente la importancia del estudio para estos artistas y de esas personas cercanas, amantes, amigos, asistentes, ayudantes que configuran esa gran galería de retratos humanos que se muestran en esta exposición. “La intensidad caracterizó la obra de estos diez artistas, nueve hombres y una mujer, Paula Rego, una portuguesa que emigró a Londres”, dijo Lebrero, que destacó que fuesen “pintores al 100%, es una exposición dedicada, centrada obsesivamente en la pintura, no hicieron otra gran cosa que pintar cuadros. Pronto se dieron cuenta de que ese era un camino de realización y dedicaron y siguen dedicando su vida a la pintura”, apuntó José Lebrero. Además subrayó actitudes comunes como “la resistencia que han tenido frente a las modas, a las corrientes, los estilos, distanciándose de cualquier normativa, cada uno a su manera, son diez individualidades únicas por su personalidad, muy difíciles de encuadrar en cualquier movimiento, tendencia o agrupación vanguardista, para ellos la verdad visual es importante”, recalcó el director artístico de la pinacoteca malagueña. Y este grupo, muchos procedentes de la inmigración como Bacon, que nació en Irlanda o Auerbach y Freud, en Alemania, se convierten en “refugiados culturales” en Londres. “La ciudad, acabada la Segunda Guerra Mundial, queda protegida como destino para tantos y tantos artistas y creadores que huyen de masacres y holocautos. Ese es el Londres al que miran estos artistas”, apuntó José Lebrero. Judith Nesbitt, directora de Programas Nacionales e Internacionales de la Tate, explicó que ésta supone “nuestra primera y más ambiciosa colaboración con el Museo Picasso Málaga” y destacó la significación de que estas “obras maestras del arte británico” estén puestas en relación con el museo del que fue una fuente de inspiración para estos creadores, Pablo Picasso. Es más, para Francis Bacon, un artista que no tuvo una formación específica como pintor, la obra del genio malagueño fue la que lo impulsó a dedicar su vida a la creación. “Estamos encantados con el resultado y esperamos tener muchas más colaboraciones en el futuro”, indicó Judith Nesbitt. La comisaria de la muestra Elena Crippa subrayó que en Auerbach, Bomberg, Freud, Coldstrean, Kossoff y Uglow la pintura surgía de un encuentro directo con lo que se quería representar, de una vuelta al estudio y al dibujo al natural, trabajando muchas veces en sesiones de posado que se alargaban meses, incluso años. Mientras que, en el caso de Andrews, Kitaj, Rego y, sobre todo, Bacon, la realidad solía representarse a partir de imágenes ya reproducidas en fotografías, películas, revistas u otras obras de arte. “Trabajan desde su estudio, al margen de la mirada pública y de los medios, lo hacen de una manera muy independiente, por eso fueron pobres durante mucho tiempo”, comentó Crippa. Y los que adquirieron notoriedad continuaron siendo fieles a su modo de vida, a su visión de la pintura, según detalló la comisaria que quiso destacar la figura de Paula Rego y “su papel fundamental como única mujer en una actividad que durante mucho tiempo fue masculina”. Y aunque una selección de artistas “siempre es subjetiva”, como consideró la comisaria, con la que se muestra hasta septiembre en el Museo Picasso se quiere destacar esta “obra específica con referencias mutuas” que tuvo la Nacional Gallery y la Tate como punto de encuentro y reivindicación de otra forma de pintar al margen de tendencias más generalistas. Diez lenguajes propios que hablan, si se quiere, en un mismo idioma.

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