La obra que se erige en defensa de los humillados y ofendidos, de aquellos que en cualquier momento histórico son víctimas del poder, de la incomprensión o de la intolerancia, cumplió ayer diez años. Las reflexiones de El hereje, de Miguel Delibes, continúan en boga con una década a sus espaldas. Por ello, la editorial Destino celebra su particular cumpleaños con una nueva edición de la obra de uno de los grandes autores de las letras hispanas que se asomó a los 88 años el pasado día 17.

El nuevo vestido con el que Destino presenta a El Hereje se adorna de varias fotografías del autor y un par de cartografías que sitúan la acción de la novela de Delibes. Además, el mismo autor se ha encargado de revisar una obra que, según declaró el literato a la agencia Efe, surgió ante "la sorpresa" de un ensayo sobre un foco protestante en la ciudad de Valladolid del siglo XVI. Un ensayo que Miguel Delibes descubrió a través de un asiduo a la tertulia que el autor frecuentaba en su ciudad hace trece años.

De ahí -y del papel pautado de deshecho del periódico El Norte de Castilla, donde Delibes permaneció de forma activa hasta 1963- surge la novela que coloca el nacimiento en Valladolid de Cipriano Salcedo en el mismo año en que Lutero provocó el cisma de la Iglesia Romana, 1517. Salcedo, hijo de un comerciante de lanas y fabricante de ropas se adhiere, por razones más sentimentales y afectivas que de conciencia, a la secta protestante fundada y dirigida en Valladolid por el Doctor Cazalla. La Inquisición corta de raíz este cisma y condena a la hoguera a sus seguidores, entre ellos a Cipriano Salcedo.

La peripecia humana y sentimental de Cipriano sirve (sirvió y servirá... La eternidad de las letras) a Delibes para trazar una recreación magistral del Valladolid de la época de Carlos I, de sus gentes y costumbres, de la agitación política y religiosa del momento y, sobre todo, de la lucha del ser humano por alcanzar la verdad y defender a toda costa su libertad de conciencia.

Con esta reedición, Miguel Delibes (Valladolid 1920) se enfrenta a su "última novela" como diría a Efe, tras La Tierra herida (Ediciones Destino, 2005), un ensayo escrito con su hijo, el biólogo Miguel Delibes de Castro. Mucho ha llovido y soleado -Premio Nacional de Literatura, Premio Cervantes de Literatura, Premio Príncipe de Asturias de las Letras- desde que se diera a conocer con su primera novela La sombra del ciprés es alargada, cuando ganó el Premio Nadal en 1948.