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Gerardo Núñez. Guitarrista

"La industria discográfica ha muerto, ya no vale"

  • El artista jerezano habla de su trayectoria profesional, las anécdotas, recuerdos de tantos años con la guitarra y de proyectos como el novedoso 'Tabanco del arte'

Su padre era agricultor y aprendió a solfear en los descansos de la siega del trigo.Tocaba también la bandurria y el violín. De su familia ,de origen granadino, ha heredado el amor por la tierra y la música. La pasión por los libros. El pequeño de nueve hermanos, Gerardo Núñez empezó a estudiar la guitarra con Rafael del Águila y a tocar en la Cátedra de Flamencología. Un niño “adelantaíto”, nacido en el jerezano barrio de El Pelirón, que ya se buscaba la vida en la adolescencia con Tío Gregorio ‘El Borrico’, ahí es ná. Casi que empalmaba los conciertos con las clases en el Coloma.

Entre Madrid, Sanlúcar, Trebujena y el resto del mundo anda la cosa. Inquieto, necesita estar siempre con algo, por ejemplo, con esta entrevista.

-Además de todo lo que tiene usted entre manos, ahora un mosto. ¿Qué es eso del ‘Tabanco del arte’?

-Pues lo vamos a abrir en una nave que es de la Fundación Gerardo Núñez y Carmen Cortés, en la que guardábamos las escenografías. Yo siempre he tenido contacto con la viña. De hecho, de joven hacía la

vendimia para sacarme un dinero. Y en la finca que tenemos aquí en Trebujena, en la que celebrábamos el festival ‘Enclave de sol’, pues nos reunimos una serie de amigos, todos artistas, recogemos las uvas, nos convertimos en trabajadores del campo, la traemos a la nave y hacemos el mosto. Este año compramos unas botas de González Byass y nos dimos cuenta de que junto con toda la escenografía pues era un elemento perfecto para hacer

un tabanco. El objetivo es que sea un espacio estable en el que todos los fines de semana haya conciertos o que nos reunamos en torno a una figura artística, que no tiene por qué ser flamenco. Lo que queremos es que se autofinancie. En los tiempos que corren deberíamos tener espacios como ése en muchos lugares. En Europa ya los hay. Que la gente venga y pague su entrada y que de esta forma salgamos de este atolladero.

-¿Cuándo abrirá sus puertas?

-Esperamos hacer la presentación en diciembre. Sólo servirá puntualmente para este tipo de actos, no será un tabanco a la vieja usanza para tomar vino y comer ajo. Sólo se podrá consumir mosto.

-Estará más por su tierra entonces.

-Bueno, mi vida no es predecible. Ahora vengo más veces, pero tengo que encontrar a la gente que en tienda lo que es el ‘Tabanco del arte’. Vendré bastantes veces hasta que la cosa enganche. Porque yo estoy donde está el trabajo.Mi residencia fija es Madrid, pero de junio a septiembre vivimos en Sanlúcar, donde tenemos cursos de verano, que ya van por la 23ª edición.

-Y que no decaiga la ilusión...

-Pues seguimos con la misma energíaq ue desde el principio. Es un trabajo estable en el que empleamos mucha gente de Jerez.Vienen unos 150 alumnos todos los años.Son las iniciativas que necesitamos.

-No pasó lo mismo con ‘En clave de sol’. Un festival en su campo, en el que hizo incluso un anfiteatro.

-Se perdió porque las administraciones hacen promesas que luego no cumplen.

¿Y cómo va la Fundación?

-De momento no está muy activa porque Carmen sigue trabajando y yo sigo con mis conciertos. La Fundación hacía el ‘Enclave...’ y ahora lo del tabanco.

-El director de cine Jonathan Demme (‘El silencio de los corderos’) le ha invitado a participar en la grabación en Nápoles de un film musical... Y además, el diario alemán ‘Süddeutsche Zeitung’ le ha elegido para formar parte de su colección‘ Sonidos de Europa 2011’. Dígame, ¿no le faltan horas en el día?

-(Risas).Bueno, la verdad es que se puede decir que he desarrollado mi carrera musical más fuera de España que dentro. Por ejemplo,mis discos están publicados en EEUU y en Alemania por compañías de esos países. Es normal que reciba ofertas de trabajo constantemente porque me conocen mucho fuera. Siempre hemos buscado el trabajo cerca de casa, pero para vivir de esto y tener una carrera importante musicalmente, hay que entender el espacio de trabajo como aldea global. Yo tardo menos en viajar de Madrid a Munich que de Sanlúcar al festival de La Unión. Y bueno, este film es en torno a la figura de un saxofonista italiano que se proyectará en el Festival de Cannes en 2012. Y lo de la revista..., es que cuando se habla en Alemania de guitarra flamenca se habla de Gerardo Núñez y mi relación con el jazz también es muy importante. Y la verdad, no se puede vivir de dos conciertos al año. La gente joven no quiere alejarse de su casa, y así se les va a ir la oportunidad de romper con lo establecido. Tienen edad suficiente para equivocarse las veces que haga falta, y muchos de ellos con pocos años ya están pagando hipotecas, coches, juntando para casarse... Y a los 21 años hay que ponerse el mundo por montera, que luego vienen las lamentaciones. Aquí las madres son muy protectoras con sus hijos.

- ¿Le molesta que le reconozcan más fuera que en su país?

-No me preocupa. Mis ratos libres, tanto en Trebujena como en Sanlúcar, los paso con la gente de campo.

Yo sé que los artistas para los griegos eran semidioses, pero donde vivimos hay que tener mucho cuidado,

hay que mantener la distancia con el público porque estamos en unpaís en el que no se cuida al artista,

como se hace en Francia. Lo que me importa es vivir de mi trabajo. Ahora estoy recogiendo mis frutos

de lo que he sembrado durante toda mi juventud, tanto en España como en el mundo entero.

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