Carbures abrirá su primera planta en Cádiz, la ciudad en la que nació esta empresa ya multinacional hace doce años de un proyecto investigador de la Universidad, a principios de 2016, si se cumplen los plazos previstos. La fábrica centrada en la fabricación de fibra de carbono para la construcción, se levantará en una parcela de 6.000 metros cuadrados cedidas por la Zona Franca, que se implica en el desarrollo de un proyecto que inicialmente tiene un coste de 8 millones de euros y que creará al menos medio centenar de puestos de trabajo.

El proyecto fue presentado ayer en la sede del Consorcio por el delegado del Estado, Jorge Ramos, y el presidente de Carbures, el gaditano Carlos Guillén. La alcaldesa de Cádiz y presidenta del pleno de la Zona Franca, Teófila Martínez, estuvo presente en el acto de la firma del acuerdo llevándose de los presentes más de un elogio al considerar tanto Ramos como Guillén que su papel ha sido esencial para conseguir que Carbures se instalase en Cádiz.

La sede de Carbures en la capital va a convertirse en uno de los referentes principales de la modernización de la Zona Franca y, en especial, su polígono exterior, sobre el que ya se está trabajando. El mismo presidente de la empresa calificaba el edificio diseñado como "el Guggenheim" de Cádiz, resaltando, como otras fábricas de Carbures ya existentes en España, el cuidado que se había puesto en el proyecto, que se construirá con 80% de material compuesto y utilizará la fibra de carbono para aligerar el peso de la propia estructura, a la vez que supondrá una eficaz lucha contra la salinidad de la zona.

Las instalaciones de Carbures en Cádiz permitirán a la multinacional extender su diversificación, iniciada con la industria aeronáutica, seguida con la apertura al mundo de la automoción y dirigida ahora con la planta de la Zona Franca a la construcción civil.

"Me honra ser de Cádiz, por lo que para nosotros era muy importante abrir en esta ciudad al suponer la escenificación de nuestro desarrollo con presencia en tres continente (Europa, Asia y América). Cádiz es nuestra identidad, porque es una compañía de Cádiz y seguirá siendo de Cádiz".

Inmerso en un importante proceso de expansión más allá de las fronteras del propio país, Carlos Guillén dejó claro que "esto es el principio. Crecemos lo justo, lo planificado y lo arriesgado. Y vamos a seguir creciendo para la implantación de la fibra de carbono". Por lo pronto, la firma cuenta ya con más de medio millar de trabajadores.

Por parte de la Zona Franca, Jorge Ramos incidió en el apoyo del Consorcio a las empresas que buscan abrir en Cádiz, a pesar del escaso suelo disponible. La misma Carbures abrirá en una de las últimas parcelas libres del recinto exterior, tras rechazar su ubicación en las naves de realojo que se han construido junto a Puntales, ya que su proyecto tenía una visión de futuro y de permanencia. Ramos destacó que la apuesta tecnológica de la firma gaditana supone traer el "futuro al presente. Es un proyecto muy importante porque esta empresa es un referente de la nueva economía".

Ya la Zona Franca está agilizando toda la tramitación burocrática, garantizada la financiación, a fin de iniciar las obras en el primer trimestre del próximo año. Por su parte, Teófila Martínez incidió en la relevancia que para la economía de Cádiz va a tener la reordenación de todo el polígono exterior de la Zona Franca, recordando que cuando le ofreció a Carbures esta posibilidad se le planteó la urgencia del proyecto, lo que le llevó a buscar suelo dentro del recinto interior. En todo caso, dejó caer una llamada a otros empresas: "a ver si se animan a venir".

El edificio, que será visible desde el puente Carranza, servirá como ejemplo de los beneficios de los composites en la edificación y, a la vez, será una planta de producción de materiales compuestos orientados a la construcción, contando igualmente con un área dedicada a la I+D+i, una de las esencias del funcionamiento de Carbures.