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Sociedad

Desarticulada una red especializaba en robos que operaba en cinco comunidades

  • De los 19 detenidos en la operación 'Rombo', 18 son rumanos y uno español.

La Guardia Civil de Guadalajara ha desarticulado una red especializada en el robo con fuerza que operaba en diez provincias de Extremadura, Castilla-La Mancha, Madrid, Valencia y Andalucía, en una operación que se ha saldado con 19 detenciones.

La denominada operación Rombo ha permitido esclarecer hasta el momento 68 delitos, aunque podrían llegar al centenar, según ha informado hoy en rueda de prensa en Guadalajara el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Máximo Díaz-Cano.

De los 19 detenidos, 18 de ellos rumanos y una española, nueve han ingresado en la prisión de Alcalá-Meco (Madrid) y se les imputan mayoritariamente el robo en establecimientos comerciales y viviendas, donde se apropiaban de vehículos, maquinaria, dinero, joyas y armas.

Los detenidos, asentados mayoritariamente en La Mancha toledana (Tembleque, Sonseca, Lillo, La Guardia, Corral de Almaguer o Yepes), pero también en Cuenca y Madrid, conforman un grupo organizado, profesionales de este tipo de delitos, que distribuían el material robado en el mercado ilícito o lo enviaban a Rumanía.

Las investigaciones comenzaron el 13 de agosto del pasado año tras un robo con fuerza perpetrado en un taller de la localidad de Mondéjar (Guadalajara) en el que fueron sustraídos una furgoneta, un quad, efectos informáticos y dinero en efectivo.

El pasado 9 de enero fueron detenidos diez de los diecinueve miembros de la banda, tras llevarse a cabo algunos registros en distintos municipios de Toledo y en Aranjuez (Madrid), y en los días siguientes se detuvo al resto en las provincias de Cuenca y Madrid.

En los diferentes registros se hallaron efectos presuntamente robados por un valor que supera el medio millón de euros.

De los 68 robos que de momento se les imputan, al menos 23 habían sido cometidos en la provincia de Toledo; siete en Ciudad Real; cuatro en Albacete; dos en Guadalajara y uno en Cuenca.

Además, siete robos en Cáceres y Madrid y uno en Valencia, Córdoba y Jaén, sin que desde la Comandancia alcarreña se descarte el esclarecimiento de nuevos delitos.

Según el delegado del Gobierno, el grupo estaba perfectamente estructurado y organizado, con un líder o jefe que determinaba los lugares en los que se iba a cometer los delitos y repartía las tareas a realizar por la banda.

Su "modus operandi" habitual consistía en realizar un reconocimiento previo de los lugares en los que iban a actuar para verificar sistemas de alarma y distribución del inmueble.

Habitualmente, para llevar a cabo los robos, constituían células de tres o cuatro miembros, de manera que podían actuar a la vez en distintos lugares.

Durante la comisión del robo llevaban a cabo labores de vigilancia, y cuando terminaban de actuar se servían de vehículos lanzadera con el fin de advertir de una posible presencia policial que pudiera obstaculizar su huida.

Entre el material incautado a la banda hay numerosa maquinaria, vehículos tipo quad, material informático, aparatos de sonidos e imagen, joyas, dinero, rifles, carabinas de aire comprimido y dinero.

El juzgado número 1 de Guadalajara lleva el caso aunque también han sido remitidas las diligencias a Orgaz y Ocaña, en Toledo.

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