la opinión invitada

Depredadores contra la seca

  • El foro Encinal promueve la instalación de cajas-nido para luchar contra la enfermedad

Nuevos métodos para preservar la dehesaDepredadores contra la seca

Nuevos métodos para preservar la dehesaDepredadores contra la seca

Hoy día, cuando la sociedad está volviendo su mirada cada vez más hacia lo "ecológico" en tantos aspectos - alimentación, reciclaje, ahorro energético…- sigue sorprendiendo, sin embargo, cómo es precisamente la naturaleza la que nos ofrece las soluciones más sencillas a los problemas más complejos, o, al menos, nos brinda un tiempo precioso mientras hallamos la solución definitiva. También pasma cómo hay quien, aun teniendo delante todas las evidencias, decide ignorarlas e ir contracorriente, a sabiendas del daño que puede estar causando.

Les cuento: la creación del Foro para la Defensa y Conservación de la Dehesa, Encinal, en el año 2007, con la unión de más de medio centenar de empresas e instituciones de España y Portugal, ha permitido impulsar esas sinergias que perseguíamos y que tan provechosas resultan a poco que arrimemos un poco el hombro y compartamos los conocimientos que estaban disgregados y que, una vez puestos en común, generan nuevas experiencias y visiones. No en vano, el enemigo era el mismo para territorios que están a cientos de kilómetros de distancia -la nefasta seca del encinar, que aniquila cada año un número espeluznante de hectáreas de dehesa en la península ibérica-, y el interés, también idéntico: encontrar una cura y salvar un ecosistema exclusivo, único, riquísimo desde el punto de vista medioambiental y desde una visión socioeconómica.

La idea está dando muy buenos resultados en las fincas en las que se ha implantado

No tardaron en surgir informaciones aprovechables para todos, como nuevas técnicas de manejo ganadero y forestal o productos con los que tratar los árboles afectados -la mayoría de ellos, por desgracia, sin aplicación real por el momento-.

Así fue como llegó hasta Encinal Francisco Volante, un propietario de dehesa de carácter inquieto, observador y gran conocedor del medio, que había ideado y puesto en marcha en su propia finca un método de control biológico tan sencillo y efectivo que resultaba incluso desconcertante. Paco Volante, que inmediatamente pasó a formar parte de la nómina de socios de Encinal, había recuperado el equilibrio en su finca devolviéndole lo que el deterioro que sufre la naturaleza le había quitado: la biodiversidad. Así, con infinita paciencia y una férrea confianza, había diseñado, y patentado, unas cajas-nido que se ubican estratégicamente en las encinas y a las que, pasado un tiempo, acuden ciertos tipos de insectos (arañas, avispas…), de aves (como el carbonero o el herrerillo) y también murciélagos, depredadores naturales de las plagas que afectan a las encinas y alcornoques y que son factores coadyuvantes de la seca, es decir, contribuyen a que el síndrome fatal actúe con mayor virulencia si cabe. También anidan en las cajas las abejas, una especie fundamental , y muy amenazada, para recuperar los ciclos naturales de la flora por su función polinizadora. Los resultados de lo que hoy ya conocemos como cajas de biodiversidad son, en efecto, sorprendentes y esperanzadores. Las fincas en las que se implantan los nidos en virtud del convenio de colaboración establecido entre Encinal y Francisco Volante muestran una notable mejoría en unos meses, los árboles recuperan vigor y el efecto de la Seca se ralentiza, lo que además es fundamental para ganar tiempo mientras la vía de la investigación, por desgracia demasiado lenta, arroja algún fruto.

No tardamos en contactar con las administraciones para que el monte público pudiera beneficiarse de una experiencia que los propietarios privados de dehesa ya habían comenzado a implantar con visible éxito, aunque en este sentido, lamentablemente, la respuesta ha sido desigual. Así, por un lado, destacan la apertura de miras de la Consejería de Medio Ambiente, que como promotora del Proyecto Life Biodehesa, en el que participa Encinal, contribuye a la instalación de cajas de biodiversidad en fincas demostrativas que forman parte del proyecto, concretamente en Huelva.

Pero no sólo en la dehesa es útil la instalación de estas cajas de biodiversidad. Su acción se ha demostrado francamente eficaz para luchar contra todo tipo de plagas en otros entornos, como por ejemplo con la procesionaria que afecta fundamentalmente a las masas de pinos y que en los últimos años se ha vuelto especialmente violenta. Por ello, también es reseñable la apuesta de Ayuntamientos como los de Benacazón (Sevilla), Villanueva de los Castillejos o San Bartolomé de la Torre (Huelva), que han implantado las cajas en algunas parcelas con las miras puestas en ampliarlas conforme vayan comprobando los resultados.

Y un giro nuevo nos ofrece la acción de la Consejería de Fomento y Vivienda, que el pasado año decidió instalar las cajas de biodiversidad en varios parques metropolitanos, en concreto, el del Alamillo de Sevilla y los de Los Toruños y Pinar de Algaida, en la Bahía de Cádiz. Así, la Administración andaluza trata de mantener la buena salud de estos espacios públicos que, al igual que el monte, muchas veces se ven afectados por plagas y evitan con la instalación de estas cajas.

Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de otras instituciones a las que nos hemos acercado, siempre de forma desinteresada. Hay quien ha preferido seguir luchando contra las plagas dilapidando miles de euros en productos químicos letales para insectos y aves, contribuyendo así a socavar aún más el equilibrio del entorno, fumigando a discreción y contaminando los acuíferos. A estos no los mencionaré, pero espero que, si leen esto, recapaciten.

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