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El estudio que derriba los mitos sobre el consumo de aceite de oliva

  • El consumidor prefiere aceite de calidad a ofertas. Sólo cuatro de cada diez compran en promoción. Las marcas no son suficientemente conocidas. Es recomendable mejorar el etiquetado. La población adulta reconoce y valora más la calidad del producto que los jóvenes. La satisfacción ha crecido en general

Aceite de oliva para degustar con pan.

Aceite de oliva para degustar con pan.

Para los hogares españoles la compra de aceite es importante y es percibido como un producto imprescindible en la cocina. La satisfacción con el producto es muy elevada y cuanta más calidad tiene el aceite, más satisfecho está el comprador; el sabor representa su valor diferencial. Estas son algunas de las conclusiones del estudio elaborado por Kantar Worldpanel para la Junta de Andalucía después de un exhaustivo trabajo de campo, en el que se comprueba que a mayor edad del comprador mejor se valora el aceite de oliva, mientras que el joven es más inexperto.

Este informe desbarata prejuicios sobre el comportamiento del consumidor de aceite de oliva y afirma que solo cuatro de cada diez declaran comprar en promoción y uno de cada cuatro buscan marcas baratas; una evolución que se ha mantenido en los últimos cinco años.

El 91,8% de los hogares españoles reconoce que diferencian los tipos de aceite de oliva sobre todo por el etiquetado, el elemento que, según el estudio, más se debe mejorar porque no es claro ni conciso, junto con el envase de plástico. El precio también es un freno, pero los hogares están dispuestos a pagar una prima al entender que el producto aporta propiedades saludable.

Ante la existencia de cierta preocupación en el sector del aceite de oliva por la percepción que el consumidor tiene sobre el producto, el informe de Kantar Worldpanel lleva a desterrar ideas preconcebidas sobre el sistema comercial, como que el aceite se ha convertido en un producto reclamo, un gancho para atraer a los consumidores a través de ofertas y promociones.

En cuanto al sector productor también queda claro que no es cierta la falta de sensibilización por producir un aceite de máxima calidad para generar una revalorización del producto.Y respecto al propio consumidor se demuestra que lo que más le importa a la hora de comprar el aceite no es su precio y rechaza que haya una reducción en el consumo, ya que el aceite de oliva sí se percibe como un producto de calidad.

El estudio detecta que el precio y la promoción son valores que se han mantenido en el tiempo, pero la fidelidad a la marca ha caído un 16%. Los motivos por los que se guían los consumidores en la elección de su aceite de oliva es principalmente: la calidad que perciben, un buen precio y el sabor, ya sea suave o intenso; de este modo la marca casi no tiene presencia, es relevante en la compra solo para 4 de cada 10 compradores.

Sin embargo, la promoción no es un indicador de compra “consciente”, pero atrae a 9 de cada 10 hogares de alguna manera.

La calidad del aceite mueve 6 de cada 10 litros vendidos, esto unido a un buen precio y al sabor son los motivos que guían la compra de aceite de oliva a los consumidores.

Consumidor probando aceites de oliva. Consumidor probando aceites de oliva.

Consumidor probando aceites de oliva.

Ante este cambio de actitud, el informe analiza cómo ha evolucionado la satisfacción hacia el aceite de oliva entre los compradores y concluye que 9 de cada 10 hogares valoran positivamente la evolución del aceite de oliva, incluso un 18% está más satisfecho que antes y tan solo un 6,5% lo está menos. Los elementos que definen la satisfacción son: la calidad del producto, el sabor y las propiedades saludables que ofrece y los elementos a mejorar son el envase de plástico, el precio del producto y el etiquetado que es considerado poco claro.

Factores que afectan al precio

Las propiedades saludables del aceite de oliva destacan como un elemento de alta satisfacción para el 91% de los hogares compradores, pues 8 de cada 10 hogares le reconocen beneficios cardiovasculares y nutritivos al aceite de oliva, mientras que solo 3 de cada 10 le atribuyen el antiinflamatorio. Los analistas indican que comunicar propiedades “cardiovasculares” en el aceite supondría una justificación para aceptar un precio mayor en 6 de cada 10 hogares, que además son recurrentes en la compra, y agregan que las propiedades nutritivas y antioxidantes también generan atractivo para el comprador.

Pese a la percepción, más o menos positiva sobre el envase, el precio, el etiquetado o la falta de confianza por falta de información o transparencia, 8 de cada 10 hogares mantienen su consumo y tan solo un 3,9% ha reducido el consumo de aceite de oliva, debido principalmente a causas de ahorro económico, dado el precio de otros tipos de aceite.

Aceites dispuestos para una cata. Aceites dispuestos para una cata.

Aceites dispuestos para una cata.

No obstante, 2 de cada 10 hogares ha modificado su decisión de compra por alguna noticia sobre la calidad del aceite, que ha afectando a su “confianza” con el producto o la marca.En un análisis del perfil actitudinal del comprador de aceite de oliva: 8 de cada 10 hogares ve que el aceite de oliva es un producto indispensable, además diferencian entre tipos y la etiqueta la consideran creíble. Un 86,2% afirma que el aceite de oliva y todos sus tipos son un producto indispensable en su cocina, un 60,9% de hogares confía en la consistencia del etiquetado y se lo creen y un 52% de hogares siempre se fija en el origen del aceite de oliva.

Sobre el grado de valoración de las actitudes hacia la compra del aceite de oliva la mayor parte de los consumidores, un 65,5% de los hogares encuestados, perciben que no todos los tipos de aceite son iguales y notan las diferencias y no llegan a una cuarta parte, sólo un 24%, dice que les han afectado las noticias negativas que ha visto u oído sobre el aceite y, en función de ello, han variado su decisión de compra. En cuanto a las marcas en promoción, sólo 4 de cada 10 hogares se fían de este reclamo comercial, mientras que el precio es relevante solo para 1 de cada 4 compradores. Incluso hay quien no planifican su compra, exactamente el 38,4% toma la decisión sobre la marca del aceite que va a consumir en el mismo punto de venta.

Lo que el consumidor está dispuestos a pagar por regiones

El precio es fundamental para un 25,6% de los hogares, que, según el informe, elige siempre la marca más barata de aceite de oliva. Un 43,8% reconoce que compra la marca que está en promoción, pero siempre que sea conocida para él. También hay una cuarta parte de los consumidores de aceite de oliva, el 25,9%, que no se considera marquista, de modo que su compra está más centrada en marcas blancas.Los compradores de la zona Centro del país y los andaluces destacan por ser mucho más fieles a las marcas que la media. Los compradores del Noroeste y Centro son los que más acuden a las promociones y los más sensibles a comprar marcas baratas, además de los andaluces y los de la zona de Levante. A los compradores de Cataluña, Baleares, Madrid y Levante les cuesta más diferenciar las marcas, mientras que los del Centro y Noroeste son los que menos diferencian entre las variedades.

El 86% valora el poder comprar este producto en España y aprecia ese elemento diferencial respecto a otros países. La encuesta detecta que la implicación en la compra es alta, pues un 79% de hogares se fijan mucho cuando van a comprar aceite de oliva y la satisfacción y valoración del producto es elevada.

Andaluces y madrileños, los más satisfechos

Los grupos más numerosos de consumidores satisfechos están en Madrid y Andalucía, que son los que más decididas tienen las marcas, y los compradores menos satisfechos son los del Noroeste que compran más en promoción y a precios más baratos. Los hogares españoles están satisfechos con el aceite que compran, consiguiendo una puntuación notable de 8,3 y significativamente superior a otros productos.

El consumidor menos satisfecho con el aceite de oliva es el joven, pues destacan los menores de 35 años, que se concentran en el área metropolitana de Madrid, y en las zonas Noroeste y Norte-Centro. El perfil es el de jóvenes o adultos pero sin hijos y en unidades familiares de dos miembros. Para este grupo lo que menos le gusta del aceite de oliva es el precio del producto, encuentran el sabor y el olor especialmente fuerte y amargo.

No obstante, 3 de cada 4 mantienen un consumo de aceite similar al del año anterior y no lo abandonan.

A más edad mayor satisfacción, la experiencia es un grado y el hogar senior es el que más satisfecho está con el aceite que compra.

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