Crimen de Laura Luelmo

Bernardo Montoya pide a la juez su puesta en libertad provisional

  • El abogado del investigado por el asesinato de la profesora zamorana alega que no está grabada su confesión judicial y que la transcripción escrita "no está permitida"

Bernardo Montoya a su salida de la primera declaración que prestó en Valverde.

Bernardo Montoya a su salida de la primera declaración que prestó en Valverde. / M. G. (Valverde del Camino)

El abogado de Bernardo Montoya, único investigado por el secuestro, la agresión sexual y el asesinato de la profesora zamorana Laura Luelmo, remitió a primera hora de la mañana de ayer una petición al Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino para que la juez Elvira Mora lo ponga en libertad provisional. Así lo confirmó  Miguel Rivera a Huelva Información, manifestando en paralelo que "sé que es difícil que sea aceptada pero espero que prospere".

El letrado se ha atenido en el escrito, en primer lugar, "al hecho de que no es posible reproducir el archivo sonoro" de la declaración autoinculpatoria que Montoya realizó en sede judicial el pasado 21 de diciembre, un testimonio en el que este se reconocía como "culpable de la muerte de Laura Luelmo".

Como avanzó este diario el pasado 12 de abril, alguien olvidó conectar al sistema de grabación Arconte el cable del audio, por lo que de aquella confesión de Bernardo no quedan más que las imágenes y el acta de la secretaria judicial. Rivera alega ahora que "la ley ha evolucionado y no permite las transcripciones" como medio de prueba, en contra de lo que mantiene la juez del caso, que en su auto inicial -que es firme y contra el que no cabe recurso- garantiza que las palabras de Montoya fueron recogidas de forma escrita en la sala por la secretaria judicial.

En la misma línea se había pronunciado el fiscal jefe de Huelva, Alfredo Flores, quien entiende que obrando en la causa el testimonio de Montoya por escrito "no hay mayor problema".

La defensa, para formular esta petición (que no impugnación), cita distintas sentencias "de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo" que respaldan su tesis de que, si no hay grabación sonora, es como si aquella declaración de su cliente no se hubiera producido. Máxime si se tiene en cuenta que en la última comparecencia judicial Montoya se exculpa del asesinato y endosa el crimen a su expareja, Josefa Carmina G.C.

Rivera también se apoya en distintos artículos de la Ley Orgánica del Poder Judicial y considera que, de no ponerse en libertad a su patrocinado, "se está incurriendo en la vulneración de derechos fundamentales". No obstante, el jurista no oculta "que es muy difícil" que lo pongan en la calle desde ahora hasta la celebración del juicio.  

Más allá de que la confesión de Bernardo Montoya sea válida o no, existen otras pruebas que lo relacionan con el crimen: en la escena del primer ataque a Laura, la casa en la que vivía en la calle Córdoba de El Campillo, solo se encontraron vestigios genéticos de él y de la víctima; también hay ADN suyo en la vagina de la profesora.

En los próximos días la secretaria judicial dará traslado a las partes de la petición de libertad de Montoya y "no espero que esto se resuelva antes de un mes", añade Miguel Rivera.

El letrado pasó el domingo en Cortegana, donde se reunió con el padre de Bernardo, Manuel Montoya, y con un sobrino del investigado, "a quienes expuse la verdad sobre la mesa" porque el progenitor estaba esperanzado con la posibilidad de que pueda salir de prisión.

Sobre el resto de diligencias solicitadas por la defensa, como la búsqueda del martillo o la toma de declaración a Josefa, Rivera asegura que "por el momento no se ha practicado nada".

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